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El purgatorio, los envidiosos IV

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  Prócoro Hernández Oropeza Al entrar a la segunda terraza de los envidiosos, Dante y Virgilio en un primer momento oyen voces contando historias acerca de la caridad, la virtud opuesta. Sin verlos, dice Dante, sentimos volar hacia nosotros unos espíritus hablando e invitaban cortésmente a sentarse en la mesa del amor (la caridad). La primera voz que pasó volando dijo con fuerza: “Vinum non habent” (Petición e María para que Jesús convirtiera el agua en vino ) y lo fue repitiendo por detrás de nosotros. Las almas de los envidiosos vestían túnicas grises de penitencia, y tenían sus ojos cosidos con alambre de hierro, recordando la forma en cómo los cetreros cosían los ojos de sus halcones para lograr entrenarlos – así se les hacía más necesario poder oír que poder ver, como en este ejemplo (Canto XIII). La envidia es el pecado que "mira con deseo y repudio la fortuna y riquezas de otros, tomando cualquier oportunidad para quitarles o privarles de su felicidad" Ta...

El purgatorio, la Divina Comedia III

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Prócoro Hernández Oropeza Caminando desde un sueño, Dante se da cuenta que había sido llevado a la puerta correcta del purgatorio. Esta puerta tiene tres caminos: Blanco pulido (reflejando la pecaminosidad del verdadero yo del penitente), Negro (el color del luto, con grietas en forma de Cruz), y Roja (simbolizando la sangre de Cristo y la restauración de la vida plena o verdadera) (Canto IX) La puerta estaba custodiada por un ángel que usa la hoja de su espada para escribir la letra "p" (significando peccatum, pecado) siete veces en la frente de Dante, ordenándole "Haz que lave, cuando esté dentro, estas llagas." El ángel usa dos llaves, de plata (remordimiento) y de oro (reconciliación) para abrir la puerta, siendo ambas necesarias. Recordemos que otro guardián también le grabó la letra P en la frente y conforme fue bajando los círculos infernales se le fueron borrando. Alegóricamente el Purgatorio representa el camino que el hombre debe tomar cuando...

El purgatorio, la Divina Comedia II

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Prócoro Hernández Oropeza El Purgatorio es el segundo de los tres cantos de La Divina Comedia de Dante Alighieri. Lo antecede el del Infierno y le sigue el del Paraíso. El Purgatorio de Dante se divide en Antepurgatorio, Purgatorio y Paraíso terrestre. El purgatorio se divide en siete giros, en las cuales se expían los siete pecados capitales: soberbia, envidia, ira, pereza, avaricia, gula, lujuria. Al pie de la montaña se encuentra el Antepurgatorio, y en la cima el Paraíso terrestre. Su estructura es peculiar a la del Infierno, pues si aquel es un abismo este es una montaña, y el orden de las penas sufre un giro muy inesperado: el camino de Dante va del pecado más grave al más leve (que es la lujuria, o amor que se excede en la medida). Dante describe lo dificultoso que era subir por esa montaña, tal como deben ser las montañas iniciáticas y dice: - Íbamos subiendo a través de la quebrada roca, que nos oprimía por todas partes, y con los pies y las manos nos apoyábamos en e...

El purgatorio, la Divina Comedia I

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Prócoro Hernández Oropeza Por fin, Dante y Virgilio salen de los círculos infernales y en su Divina Comedia canta sobre aquel segundo reino donde el espíritu humano se purifica y se hace digno de subir al cielo; es el Purgatorio. Ahí se encontró con un anciano solitario, digno por su aspecto, digno de tanta veneración, como la que un hijo debe a un padre. Se refiere al Guardián del purgatorio llamado Catón, un pagano que ha sido nombrado por Dios guardián del pie del monte. En la zona baja de la pendiente (llamada "Antepurgatorio" por los comentadores), llegan dos clases principales de almas cuya penitente vida cristiana fue retardado o deficiente: Los excomulgados y los arrepentidos de forma tardía. Los Primeros son detenidos aquí por un periodo treinta veces de largo como su periodo de contumacia o terquedad. Los segundos incluyen a los demasiado perezosos o preocupados por su arrepentimiento, y aquellos que se arrepintieron en el último minuto sin haber recibido fo...

Los avernos internos, la traición XV

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Prócoro Hernández Oropeza Los traidores se diferencian de los "simples" fraudulentos por el hecho de que sus acciones engañan a alguien con quien se tiene una relación especial. En la pasada entrega se habló de los gigantes, que hacen referencia a una de las traiciones más aviesas, es el ego místico. Recordemos que la primera caída fue precisamente de grandes seres o ángeles que eran Cosmocratores; podían crear mundos y universos, pero nadie sabe cómo entró un virus, ese ego de la soberbia. De pronto, un día se rebelaron al creador. Pensaron que si ellos eran Cosmocratores porqué deberían seguir las órdenes de un ser superior a ellos. Esa fue la rebeldía de los ángeles que luego se convirtieron en demonios. Fue el Arcángel Miguel quien dirigió el combate contra esa rebelión. En este noveno círculo, hay cuatro zonas concéntricas (o "rondas") de traidores, correspondientes, en orden de seriedad, a las traiciones hacia algún familiar, hacia alguien con lazo...

Los avernos internos, noveno círculo, la traición XIV

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Prócoro Hernández Oropeza Dante, guiado por Virgilio, su maestro, salen del octavo círculo infernal e ingresan al noveno y último círculo del inframundo (Canto XXXI). Dante describe su llegada: “Volvimos la espalda a aquel miserable valle subiendo por la orilla que le rodea sin hablar una palabra. Allí no había ni noche ni día, de modo que muy poco podía ver delante de mí; pero oí sonar un gran cuerno de modo que era tan fuerte que era capaz de hacer callar cualquier trueno, por lo cual mis ojos, siguiendo su dirección, se fijaron totalmente en un solo punto. Poco tiempo hacía que tenía la cabeza hacia aquel sitio cuando me pareció ver muchas torres altas, por lo cual dije: - Maestro, dime, ¿qué tierra es esta? A ello me contestó: - Puesto que quieres llegar a ver hasta muy lejos a través de la tiniebla, ocurre que te equivocas en lo que imaginas. Ya verás cuando estés más cerca. Virgilio se adelanta y le dice que aquellas figuras que semejan torres no lo son en verdad, s...

Los avernos internos: malos consejeros, sembradores de discordia y falsificadores XIII

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Prócoro Hernández Oropeza Luego de que Dante y Virgilio salen de la fosa de las serpientes, fosa de los ladrones, arriban a la fosa ocho, la de los consejeros fraudulentos. (Canto XXV). En ese nivel infernal Dante vio a multitud de reptiles que correteaban a gentes sin esperanza de refugio, además llevaban las manos atadas a la espalda con serpientes y por delante les clavaban la cola y la cabeza en los riñones. Recuerden, estamos ya en el Octavo círculo infernal, que a su vez tiene 10 fosas, el de los fraudulentos con sus diversos gradientes. Octava fosa En este hoyo octavo se castigan a los malos consejeros o consejeros fraudulentos. El castigo es que están convertidos en llamas, continuamente prendidos en fuego. La lengua de fuego es la imagen de la lengua con la que pecaron, dando consejos engañosos, y de hecho también tienen dificultad para hablar, como se observa en el diálogo entre Dante y Ulises y luego entre Dante y Guido da Montefeltro. Se castigan a: -Ulises ...