El síndrome del más y la corrupción
Prócoro Hernández Oropeza La codicia es sin duda alguna, una des siete legiones de egos que aprisiona al ser humano. Una de sus manifestaciones es la corrupción, mala hierba que asola, no sólo a nuestro país, impacta incluso en países con economías más solventes y estables. En nuestro país, esta plaga ha calado hondo en nuestro sistema político y de gobierno, pero también en el ámbito económico y social. Ningún partido político escapa a esta vorágine de poder y de codicia. Hasta partidos que antes de asumir el poder político lucharon en contra de los actos deshonestos de los gobiernos en turno, al arribar al poder cayeron en el mismo fango. ¿Acaso el poder es sinónimo de corrupción? Es una posibilidad, debido fundamentalmente a una escala de principios y de valores que se han deteriorado. Los gobernantes de ahora, antes que buscar el bien común, encaminan sus esfuerzos a atesorar poder, riqueza, relaciones y fama. El bien común, la búsqueda de la justicia y la paz social pasan a seg