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Mostrando entradas de diciembre 23, 2012

Fin de año, una retrospección

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Prócoro Hernández Oropeza Se ha ido el 2012 sin las tragedias apocalípticas, ni los cambios vibracionales, ni tampoco entramos en la cuarta o quinta dimensión, mucho menos se dejaron ver naves extraterrestres. En el fondo, muchos desean un cambio brusco de 180 grados porque su vida no es placentera y quisieran que fuerzas externas vengan a socorrerlas. Es verdad, hasta cierto punto, vivimos en un valle de lágrimas. No hay día en que dejemos de enterarnos de lo que ocurre a un amigo, un familiar o un simple conocido. Te llegan las noticias fatales como bofetadas injustas. Que a una amiga le mataron a sus tres hermanos, a otra la secuestraron, otro tiene cáncer, uno más le dio un infarto y quedó semiparalizado, alguien más descubrió que su marido era infiel y una sobrina, como muchas conocidas, se han separado de sus maridos. Lo que muchos temían era que ganara el PRI y ganó la presidencia y la violencia en el país continúa sin límites ni escrúpulos. Esto que acontece a n

Reflexiones cotidianas La condición humana

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Prócoro Hernández Oropeza Por lo regular, tengo la impresión que los 25 de diciembre parecen días quietos, silenciosos, relajados o distraídos. Luego de las comilonas, los buenos deseos, fraternidad, bendiciones a raudales, amor, abrazos e intercambios de regalos, viene la calma, una especie de quietud o de impase. Porque aún falta otra fiesta no menos esperada, la del fin de año. Sí, un año más de vida, de reflexiones, de retrospección o recuento de lo que hicimos o dejamos de hacer. Reflexión acerca de las vicisitudes que pasamos, de los encuentros y desencuentros, los malos y los buenos momentos; en fin, nos alegramos porque hemos arribado a un nuevo ciclo. Una raya más al tigre, más experiencia para unos, mejores logros para otros, no deja de haber descalabros o derrotas para los menos afortunados. Los que saben que sus derrotas o fracasos, los malos momentos son parte de un proceso de vida, sobre todo necesarios para superarlos y aprender lecciones de ellos, estos no