La capacidad de asombro
Prócoro Hernández Oropeza Los poetas, como todos los artistas han agudizado su capacidad de asombro, ven lo que otros no ven, oyen lo que los demás no perciben, dicen los que otros no pueden expresar con la elocuencia del lenguaje. Beethoven, por ejemplo, sostenía que su música, sus arreglos musicales los percibía en su interior, como si estuviera escuchando la música de las esferas. El poeta, los artistas perciben a través de otros sentidos, esos que están más allá de los cinco ordinarios como vista, tacto, oído, gusto y olfato. Esos sentidos, por el contrario, apegados a una mente controlada o distraída por tantos Yoes, limitan nuestra percepción de otras realidades. Están sujetas a la ley de polaridades como bueno o malo, bonito-feo, es decir por clichés o etiquetas y eso nos impide ver la belleza que se esconde detrás de un atardecer, de una sonrisa o de una luna llena. Vivimos distraídos por los paisajes o decorados urbanos, por los ritmos del trabajo, del trajín