Hombres lunares, hombres solares
Prócoro Hernández Oropeza Este mes, enero, fuimos testigos de un espectáculo maravilloso en el cielo: una luna grande, rojiza que fue cubierta por la sombra de la tierra. Aunque en la tarde estaba el cielo nublado, en el momento del eclipse, una buena parte del cielo se despejó, como si alguien hubiese movido las nubes para que pudiéramos apreciar ese acontecimiento. Era un poco más grande de lo normal y poco a poco se vio cómo una especie de sombra muy velada la fue cubriendo, pero no desapareció totalmente. Si, se veía rojiza, tal por ello la bautizaron como luna de sangre de lobo. Según las distintas fuentes se le llama así debido a que en la Edad Media la luna llena de enero coincidía con los aullidos de los lobos en invierno. Dicho fenómeno astronómico se produce durante un eclipse lunar total en el que se alinean la luna y el sol, de forma que la atmósfera de la Tierra filtra la luz azul y verde de los rayos solares, pero deja en cambio pasar la roja. Por este motivo,