Sanando heridas
Prócoro Hernández Oropeza procoroh@gmail.com Hay de heridas a heridas. No es lo mismo una cortada en un dedo que una herida emocional o del corazón. En la vida estamos sometidos a diversas heridas y esas se quedan grabadas en la memoria, la mente y en el cuerpo, inclusive en los demás cuerpos. Porque no sólo poseemos un cuerpo, este cuerpo físico que vemos y tocamos, existen otros cuerpos sutiles, seis cuerpos más: vital, astral, mental, causal, del alma y del espíritu. En el mundo existen personas que pueden ver el aura, el cuerpo vital. Ese cuerpo, dependiendo de la luz, armonía o amor que transmite su dueño, puede ser luminoso o poco radiante, en algunos inclusive se observan manchas o agujeros. Esas manchas indican problemas de salud o desarmonía en la persona. Hay individuos, que por su trabajo o progresión espiritual, poseen un aura muy desarrollada y pude alcanzar hasta los treinta metros, como la que poseía Jesús. En la Biblia se cuenta de aquella dama que tenía sangrado v