El matrimonio: cárcel o liberación
Prócoro Hernández Oropeza En occidente los humanos somos esclavos de la pasión y por lo mismo tenemos un concepto del matrimonio y del sexo muy errado. A diferencia del león que visita a sus cónyuges una vez en su vida o una vez al año, los humanos pensamos que entre más sexo tengamos somos más machos, más hombres, más viriles. Somos inconscientes y con ese instinto pasional violamos las leyes de la naturaleza, por lo que habremos de pagar un duro castigo en el futuro próximo. La infrasexualidad, además de generar una sobre población aumenta enfermedades, desperdicia energía y comete graves faltas contranatura. Cada vez es más permisible y hasta las leyes civiles se modifican para que puedan convivir hombres con hombres, mujeres con mujeres, sin saber el destino kármico que les ha de generar a futuro a quienes lo hacen y permiten. Esta depravación sexual está permitiendo también un desgaste del matrimonio como célula de la sociedad y evita que esa energía que se desparrama