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Mostrando entradas de septiembre 7, 2014

Nacionalismo o universalidad

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Prócoro Hernández Oropeza El mes de septiembre, para los mexicanos, es símbolo de patriotismo, heroísmo y fiesta. El 15 se celebra el grito de independencia, la noche en que el Cura Don Miguel Hidalgo y Costilla y sus correligionarios se levantaron en armas en contra del imperio español. Ahí se gestó el nacimiento de un nuevo Estado-nación conformado por idígenas, mestizos, criollos y los españoles que habían emigrado a estas tierras que antaño dominaron diversos pueblos y culturas, como aztecas, otomíes, tarascos, nahuas, mayas, olmecas, tlaxcaltecas, seris, navajos, rarámuris, huicholes, toltecas, sólo por nombrar algunas. Desde que nacemos en un pueblo- nación se nos educa como hijos de todas esas historias, mitos, creencias, tradiciones y se nos hace creer que como mexicanos no hay dos. Eso mismo se cuenta y se festeja en todos los Estados-naciones del planeta. Los alemanes se creían superiores a todas las demás razas y estuvieron a punto de conquistar el mundo, eliminando a qui

La lámpara de Aladino

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Prócoro Hernández Oropeza procoroh@gmail.com En los antiguos cuentos orientales se narra la historia de Aladino y su lámpara maravillosa. Esa lámpara, que al frotarla aparecía un genio y le concedía sus deseos. Entre los deseos que el genio satisfizo fue dotarlo de un palacio, joyas, sirvientes y además casarse con la hija del rey. Todo esto fue concedido de inmediato, a pesar de que su madre le pidió no hacerlo. ¿Qué deseos pediríamos en caso de encontrarnos esa lámpara maravillosa? Obviamente pensaríamos en la satisfacción de nuestros deseos mundanos, tales como riquezas, poder, hasta posiblemente la inmortalidad. Pocos desearíamos la realización espiritual, el encuentro con nuestro linaje sagrado o con nuestro gurú o maestro. Pues bien, esa lámpara es como nuestra alma. En su interior se encuentra nuestro gran genio, el gran espíritu presto para auxiliarnos y salir de los dramas en que nos encontramos. Pero para llegar a él tenemos que limpiar y limpiar esa lámpara maravillosa,