Nacionalismo o universalidad
Prócoro Hernández Oropeza El mes de septiembre, para los mexicanos, es símbolo de patriotismo, heroísmo y fiesta. El 15 se celebra el grito de independencia, la noche en que el Cura Don Miguel Hidalgo y Costilla y sus correligionarios se levantaron en armas en contra del imperio español. Ahí se gestó el nacimiento de un nuevo Estado-nación conformado por idígenas, mestizos, criollos y los españoles que habían emigrado a estas tierras que antaño dominaron diversos pueblos y culturas, como aztecas, otomíes, tarascos, nahuas, mayas, olmecas, tlaxcaltecas, seris, navajos, rarámuris, huicholes, toltecas, sólo por nombrar algunas. Desde que nacemos en un pueblo- nación se nos educa como hijos de todas esas historias, mitos, creencias, tradiciones y se nos hace creer que como mexicanos no hay dos. Eso mismo se cuenta y se festeja en todos los Estados-naciones del planeta. Los alemanes se creían superiores a todas las demás razas y estuvieron a punto de conquistar el mundo, eliminando a qui