La incredulidad y la fe
Prócoro Hernández Oropeza Muchas personas son incrédulas; no creen en Dios, no creen en los políticos, en su gobierno, y a veces dudan hasta de sí mismos. La incredulidad es definida por los diccionarios como rechazo de una persona a creer algo, también es recelo, sospecha, escepticismo o duda, o bien ateísmo o ausencia de fe religiosa. Estas personas, debido a sus múltiples experiencias, a sus creencias, programas, patrones dudan de todo, principalmente de la cuestión religiosa. Los que son más racionales o tienen como eje de su vida el centro intelectual, sólo tienden a creer en aquello que se puede comprobar científicamente. Otros dudan de todo, son escépticas y sólo creen en lo que es afín a sus ideas o sus valores culturales. Quienes tienen como eje de su vida la cuestión racional, sólo creen en la ciencia y la adoptan como dogma. Como nadie ha comprobado científicamente que existe el cielo o el infierno, Dios o el diablo, rechazan cualquier filosofía o religión que hable o cre