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Mostrando entradas de septiembre 4, 2016

Trump, el demonio de la mala voluntad

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Prócoro Hernández Oropeza En la pasión de Cristo, en su proceso de crucifixión, Jesús mostró las tres furias del demonio, las hidras venenosas: Judas, el demonio del deseo; Pilatos, el demonio de la mente; Caifás, el demonio de la mala voluntad. Estos tres traidores crucifican a nuestro Cristo interior, el Señor de Perfecciones en el fondo mismo de nuestra alma. Se trata de tres tipos específicos de elementos inhumanos fundamentales que se presentaron en el drama cósmico que vivió el Jesús histórico. Indudablemente el citado drama se ha vivido siempre secretamente en las profundidades de la CONCIENCIA superlativa de de dada uno de nuestro Ser y se vive o lo manifestamos en el exterior. Los tres traidores: Judas, Caifás y Pilatos los cargamos en nuestra psique. Judas representa el demonio del deseo, Caifás, demonio de la mala voluntad y Pilatos el demonio de la mente. El primero cambia al señor, a nuestro Dios interno por treinta monedas, por fama, dinero, licores, adulterio, fornicac

La serpiente de cinco capuchas*

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Prócoro Hernández Oropeza Uno de los anhelos más grandes de los humanos es encontrar la felicidad. Queremos ser felices a cualquier costo y en todo momento. Eso no es fácil y no lo es porque buscamos la felicidad afuera y sólo de vez en cuando logramos pequeños momentos de alegría. Nos sentimos alegres cuando alguien nos reconoce alguna virtud o acción, nos otorgan el regalo que tanto deseábamos, nos brinda amor nuestra pareja o nuestros hijos, obtenemos un buen puesto en el trabajo o concluimos una carrera profesional. Eso no es felicidad, son momentos de placer. Una vez que pasa ese momento, por ejemplo obtenemos el nuevo empleo o compramos el carro que tanto deseábamos, vienen otros deseos, otras preocupaciones, otros antojos. La verdadera felicidad se halla dentro, en nuestro interior, cuando adquirimos verdadera paz interior, cuando hemos controlado nuestra mente y la hemos alejado de las pasiones y deseos. Estiman los maestros que quien ha controlado su mente ha controlado el m

La expresión divina

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Prócoro Hernández Oropeza Se va Agosto, llega septiembre. Arriba, el cielo se estremece con el fuego de los rayos, las nubes se agitan y los árboles bailan con las olas del viento. Los cerros lucen trajes muy verdes y se sienten bastante contentos. Los pájaros se esconden entre las ramas, otros rayan el cielo con sus alas. Hace calor, es verano y las lluvias no son tan pródigas como antes. En los atardeceres, Dios sol pinta hermosos paisajes, acuarelas y bajo relieves. Los pintores se admiran y se sienten menos porque no tienen esa habilidad para expresar la belleza y el colorido de esos instantes de luz y sobras, colores y formas. ¡Qué maravilloso planeta poseemos! Es nuestra casa, nuestro sustentador. Pero como andamos dormidos no percibimos esta belleza, sus riquezas, sus bondades, su magnificencia. Se va agosto, llega septiembre, pero para la mayoría es un dato del calendario, una rutina del tiempo que debemos vivir. Es más que una rutina. Si nos detuviéramos a mirar todo lo que