El purgatorio, la Divina Comedia I

Prócoro Hernández Oropeza

Por fin, Dante y Virgilio salen de los círculos infernales y en su Divina Comedia canta sobre aquel segundo reino donde el espíritu humano se purifica y se hace digno de subir al cielo; es el Purgatorio. Ahí se encontró con un anciano solitario, digno por su aspecto, digno de tanta veneración, como la que un hijo debe a un padre. Se refiere al Guardián del purgatorio llamado Catón, un pagano que ha sido nombrado por Dios guardián del pie del monte. En la zona baja de la pendiente (llamada "Antepurgatorio" por los comentadores), llegan dos clases principales de almas cuya penitente vida cristiana fue retardado o deficiente: Los excomulgados y los arrepentidos de forma tardía. Los Primeros son detenidos aquí por un periodo treinta veces de largo como su periodo de contumacia o terquedad. Los segundos incluyen a los demasiado perezosos o preocupados por su arrepentimiento, y aquellos que se arrepintieron en el último minuto sin haber recibido formalmente la unción de los enfermos, como resultado de muertes violentas. Estas almas serían aceptadas en el Purgatorio gracias a su genuino arrepentimiento, pero tendrían que esperar ahí por un tiempo igual al tiempo que permanecieron en la tierra.

El purgatorio es como la antesala del Paraíso. Este anciano llevaba una barba larga y canosa como sus cabellos, que le caían al pecho en dos crenchas (dividido en dos partes). El anciano le dice a Virgilio que le lave la cara a Dante para que sea limpio de toda mancha, pues no le convenía presentarse ante el primer ángel de los del paraíso, pues cada círculo del purgatorio está custodiado por un ángel. (Canto I).

La Montaña del Purgatorio en la zona opuesta del planeta. Se trata de una isla, la única en el hemisferio sur. Dante sitúa el infierno exactamente debajo de Jerusalén, en una grieta formada debido a la caída de Satán. El Monte Purgatorio, exactamente en la zona opuesta del mundo, se creó por el desplazamiento de tierra que siguió a ese evento.

A diferencia de las almas que son enviadas a los círculos infernales y son conducidos en el río Aqueronte por el barquero Caronte, las almas de los cristianos llegan al purgatorio escoltadas por un ángel, cantando In exitu Israel de Aegypto, cuando Israel salió de Egipto, significa la salida del alma del pecado. (Canto II).

El Purgatorio de Dante se divide en Antepurgatorio, Purgatorio y Paraíso terrestre. Se divide en siete giros, en las cuales se expían los siete pecados capitales: soberbia, envidia, ira, pereza, avaricia, gula, lujuria. Al pie de la montaña se encuentra el Antepurgatorio, y en la cima el Paraíso terrestre. Su estructura es peculiar a la del Infierno, pues si aquel es un abismo este es una montaña, y el orden de las penas sufre un giro muy inesperado: el camino de Dante va del pecado más grave al más leve (que es la lujuria, o amor que se excede en la medida). Cada giro tiene un custodio angélico, y precisamente los ángeles de la humildad, de la misericordia, de la mansedumbre, de la solicitud, de la justicia, de la abstinencia y de la castidad; en cada giro, además, los que expían las culpas tienen ante sí ejemplos del vicio castigado y de la virtud opuesta.

Como se ha dicho en otras entregas, la descripción de este mapa es también una radiografía de nuestra propia psique. Recordar que nuestra psique o alma es como una luna psicológica; en la cara visible se encuentran los egos más visibles, los que podemos percibir, como los que describe Dante en las almas que se encuentran en el purgatorio. El infierno corresponde a la parte oscura de nuestra psique, la oscuridad corrupta, corrompida por esos demonios o egos. 

Y como aquí también lo describe muy bien Dante, que deben subir por escarpadas montañas, eso se refiere al camino iniciático. Para que un adepto o iniciado pueda trascender todos sus errores, limpiar su alma, debe ascender por tres montañas, montañas iniciáticas y cada vez que llega a la cima el adepto es recibido con mucha alegría por los maestros y ángeles y es ungido con nuevas iniciaciones. Ese es el camino de los héroes solares. (Continuará)