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Mostrando entradas de abril 24, 2016

Amada Madre tierra

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Prócoro Hernández Oropeza Hace unos días se festejó el Día Internacional de la Madre Tierra y cuya finalidad es crear conciencia acerca de la importancia que posee para los humanos este bendito planeta, nuestra amada gaia, la pachamama, nuestro hogar en esta vida. La tierra es la que nos provee, no sólo de un lugar donde habitar, sino también el sustento material y los recursos para nuestro desarrollo. Este reconocimiento como nuestra madre, no es nueva, en todas las culturas antiguas se le festejaba y se le rendían cultos y tributos. La madre tierra es un ser vivo, como todo lo que habita y se mueve sobre su faz, inclusive hasta una piedra que parece inerte, posee vida e inteligencia. A diferencia de esas ancestrales culturas, las modernas hemos perdido esa sensibilidad y el respeto a ella. La sobrepoblación, la contaminación del medio ambiente y el uso y despilfarro de los recursos naturales le están generando muchos dolores de cabeza; acabando con sus bosques, contaminando mar

El camino verdadero1

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Prócoro Hernández Oropeza Cuando alguien inicia su camino espiritual, lo encuentra y sabe que ese es su verdadero camino. Pero aún al más avezado viajero espiritual le surgen dudas, se le presentan otros caminos, otros maestros y entonces se confunde. Cierta ocasión en que Guru Nanak, antiguo sabio de la India se asentó bajo un árbol, en las afueras de un pueblo denominado Pakpattan, el Guru se puso a cantar: Tú mismo eres el cuaderno Tú el lápiz y tú la lapicera Tú también la palabra escrita Tú eres el único. No hay otro. El alumno de un sufí que recogía leña escuchó el cantó y le impresionó, sobre todo porque le acompañaban un musulmán y un hindú. Le contó a su maestro y este le pidió a su alumno que le fuera a hacer la siguiente pregunta: -Hay un Dios pero hay dos caminos. ¿Cuál debemos aceptar y cuál rechazar? Cuando el discípulo realizó la pregunta al sabio, este sonrió y le contestó: -Hay un solo Dios y sólo hay un camino, adhiérete a uno y rechaza al otro. El jeque