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Mostrando entradas de febrero 12, 2017

Adquiriendo una mente pura

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Prócoro Hernández Oropeza Cómo adquirir una mente libre de aspectos negativos, densos, perturbadores y tóxicos, esa es una pregunta que todos debemos hacernos. Dicen los maestros que del mismo modo que saturas el agua con sal o azúcar, tendrás que saturar la mente con los pensamientos de Dios, con divina gloria, con presencia divina y con sublimes pensamientos espirituales que despierten el alma. Sólo de esta forma podremos establecernos en la conciencia divina. Para llegar a ello debemos mantener sometidos los sentidos, dominando sus deseo, respirando quietamente por la nariz y dejar que el sabio observe la mente como el cochero observa la carroza conducida por los caballos. Para ello requiere el fuego de la concentración, la auto observación de todos sus procesos, entonces para el cuerpo, compuesto de tierra, agua, aire, fuego, éter, no habrá enfermedad ni muerte, ni dolor; sólo entonces, sostiene Sivananda, se ha obtenido un cuerpo ardiente con el fuego de la concentración.

El amor como virtud falsa

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Prócoro Hernández Oropeza El amor es un concepto muy manoseado, estropeado, comprimido, golpeado, lacerado, insultado, menospreciado, sobajado o reducido a un simple intercambio de favores, te quieros,  besos, abrazos y regalos. Como un intercambio material que lo convierte en una virtud falsa. Así como existen virtudes verdaderas, las hay también falsas y la humanidad no logra distinguirlas con claridad. Alguien, no recuerdo, dijo que las virtudes, cuando son verdaderas, poseen una intrínseca solidez, que no depende de estímulo o de apoyos exteriores. Estas se ambientan en el mundo, sin confundirse con él, y se confirman en el mundo y en medio de las dificultades, como los rayos de sol que hieren el barro y lo secan sin mancharse. Mientras las verdaderas dan unidad a la vida de las personas que las ejercitan, las falsas virtudes conducen a esa separación, al sufrimiento, a la ilusión del ego; las falsas virtudes nos alejan de la verdad, son ilusiones que aporta el ego par

Tierra de confusión

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Prócoro Hernández Oropeza La tierra, el mundo que conocemos vive en mucha confusión. El ego del orgullo es otra de las aberraciones de la máquina humana que tiene al planeta en la confusión, ignorancia y desorden.  En la década de los 70´s el grupo británico Génesis difundió una canción titulada Tierra de confusión. La canción inicia con los versos siguientes: “Debo haber soñado mil sueños, he sido perseguido por millones de gritos; puedo oír el sonido de los pies que se marchan, se están mudando a la calle. Ahora has leído las noticias del día, dicen que el peligro y se ha ido. Pero puedo ver que el fuego sigue encendido y la noche sigue ardiendo. Hay demasiados hombres, demasiada gente metiéndose en demasiados problemas y no hay demasiado amor alrededor. ¿No puedes ver que esta es la tierra de la confusión?” Sí, esta es la tierra de la confusión, carente de amor y con sobrada vanidad y arrogancia y el ego del orgullo es precisamente otro agregado que mantiene al mundo en