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Mostrando entradas de agosto 5, 2018

De sueños y otros cuentos

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Prócoro Hernández Oropeza Parte 1 De niño siempre soñaba con serpientes. Cuando llegaba la noche me daba   pánico ir a la cama. Si para mis hermanos ir a dormir era un placer, no para mí. En cuanto me quedaba dormido tenía sueños terribles. En mi pueblo había muchas serpientes y eso era quizás el motivo de mis pesadillas. Había serpientes venenosas y otras que no eran peligrosas, especialmente las llamadas serpientes de agua, las de color verde. Pero las grises con cascabel eran venenosas. También había coralillos, linces, cempoates y escorpiones.   La gente de mi pueblo   le tenía mucho miedo especialmente a esta sierpe, la de cascabel, y en cuanto veían una la mataban. Algunas las clavaban en una penca de maguey, a pesar de que ellas no atacaban por atacar, sólo si se les provocaba. Por lo regular cuando encontrábamos alguna, huía, pero el mito de que eran malas de inmediato generaba una reacción de miedo y odio a la vez. Posiblemente el mito de que fue una serpiente la

El arrepentimiento y la culpa

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Prócoro Hernández Oropeza En nuestra vida enfrentamos muchos retos, obstáculos, fracasos, errores como quiera llamarle. Algunos nos han marcado   de por vida. Otros les llaman pecados a estos errores. Si alguien comete una infidelidad y como en su interior algo le dice que eso que cometió es un problema grave, este se puede sortear de diversas maneras. Con cinismo o con arrepentimiento. Aquel que es cínico puede repetir ese error tantas veces como sea necesario y puede que no sienta   ningún arrepentimiento. Decía el pensador Chino Confucio: “El hombre que ha cometido un error y no lo corrige, comete otro error mayor.” Pero los cínicos es posible que no lo vean así, simplemente aceptan que esa es su naturaleza, se consideran unos verdaderos donjuanes o conquistadores de damas y eso les inflama su orgullo. A pesar de eso, vuelvo a citar a Confucio: “No existe un solo hombre, que estando al tanto de sus defectos, los apruebe en su interior.” Es verdad, porque en nuestro interio