Sentirse vivo
Prócoro Hernández Oropeza En realidad habría que preguntarse si estamos vivos o sólo somos máquinas humanas que deambulan en el mar de sus deseos y tentaciones, tratando de encontrar la felicidad en toda la maraña de ese tempestuoso océano de la vida. Sentirse vivo es estar consciente de lo que hago, pienso, digo y siento. Es mantenerme despierto y no soñando en un futuro promisorio o en un pasado que me ha dejado cicatrices en la memoria y en el cuerpo. En el Nuevo testamento refiere que Jesucristo se encontró con un hombre que buscaba su beneplácito para seguirle a todas partes (Lucas 9:57), pero antes quería ir y atender el sepelio de su padre. Entonces Jesús le contesta: “Deja que los muertos entierren a sus muertos; y tú ve, y anuncia el reino de Dios.” Esta sentencia refiere a una persona que ha resucitado, ha despertado y lo urgente es pregonar el reino de Dios, la palabra sagrada para que otros seres resuciten. Deja que los muertos entierren a sus muertes significa que los