Amor, eterno perdón
Prócoro Hernández Oropeza El amor y el resentimiento son substancias incompatibles. En el amor no puede existir resentimiento, porque el amor es eterno perdón. Dicen los maestros que si las personas pudieran amar y ser amadas, las guerras desaparecerían, no habría discordias y viviríamos en el paraíso. Infortunadamente vivimos en un mundo donde el desamor prevalece, ora traducido en odio, rencor, envidia, lujuria, destrucción, violencia, orgullo, vanidad e intolerancia. La mente intoxicada por el ego mata al amor, lo contamina y destruye. En el peor de los casos lo confundimos con otra cosa y lo sometemos a los vaivenes de nuestra actitud. Te amo si tú me amas, te doy amor si lo recibo de ti, pero como la mayoría sólo está dispuesta a ejercerlo como una mercancía que se intercambia, en realidad nos desconectamos del amor verdadero y profundo. Lo confundimos con el amor condicional. El amor verdadero siempre va acompañado de la generosidad. Existe amor en aquellos que sient