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Mostrando entradas de enero 25, 2015

Bien vale la pena soñar, al cabo que no cuesta

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Prócoro Hernández Oropeza En efecto, soñar no cuesta, sin embargo hay de sueños a sueños. Unos, la mayoría son sueños ordinarios y existen otros que son lúcidos o de claridad. Cuando vamos a dormir entramos al mundo astral donde se producen los sueños, que son como fragmentos de nuestra vida ordinaria, algunos inconexos o efímeros porque cuando despertamos se esfuman, nos olvidamos de ellos. Otros son como una película completa, con imágenes lúcidas, coherentes y con un principio y un final. Etimológicamente la palabra sueño deriva de Hipnos, el dios del sueño entre los griegos, de donde se deriva la palabra hipnosis. Entre los romanos se le conoció como Morfeo, el dios del sueño. Para Samael Aun Weor, en su libro "El simbolismo esotérico de los sueños” afirma que el sueño posee dos significados distintos. Uno es la acción de dormir o sea aquel en que todos los órganos y partes constitutivas del cuerpo están entregadas al reposo y otro es el acto en que trabajan ciertas faculta