Un martes por la tarde
Prócoro Hernández Oropeza ¿Qué has hecho un martes por la tarde? Yo fui a practicar Tai chi chi Gong, luego a ver tv un rato y cansado de ver esas ilusiones televisivas me dispuse a meditar. Tu tal vez fuiste a ver el mar, disfrutar de un hermoso atardecer, oír sus relinchos ahora que se encuentra un poco alebrestado. Otro más quizá se colocó debajo de un árbol mientras pasaba una lluvia inesperada, al tiempo que escuchaba el trino de un ave entre las ramas. Una dama esperaba a su amado en la esquina de un recuerdo, mientras saboreaba un caramelo. Otros más se entretenían embelesados con una película que les narraba el fin del mundo o la llegada de seres misteriosos. En fin, cada cual con sus propios cuentos e historias. La tarde de un martes cualquiera puede ser la oportunidad para romper los velos que nos tienen aprisionados en vidas que pareciera no tienen sentido. Así me pareció entender aquella canción de antaño, del viejo Rock´n roll de los setentas, cuyo título es