La catástrofe o la esperanza
Prócoro Hernández Oropeza Para los estudiosos de los asuntos esotéricos o de índole espiritual, esta realidad en la que vivimos es sólo una ilusión. Una ilusión proyectada por las limitaciones de nuestros cinco sentidos. Todo lo que vemos, escuchamos, palpamos o sentimos, degustamos y oímos es, para la mayoría de las personas de este planeta, la realidad. Es verdad, pero sólo una parte de verdad. A esta parte de verdad, los sociólogos y otros tratadistas le denominan el imaginario colectivo. Este imaginario está formado por los mundos posibles en los cuales nos movemos desenvolvemos; son todas aquellas imágenes, ideas, programas, creencias, valores y comportamientos mediante las cuales vamos construyendo nuestra realidad. En ese imaginario también se ubican nuestros deseos más profundos, insatisfacciones, apetencias, temores, utopías, pasiones, querencias, odios, fobias, ilusiones y desatinos. Imaginario, del latín imaginarius, connota la significación de aparente, ilusorio y ese i