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Mostrando entradas de julio 12, 2015

Pitágoras, la muerte de un Cristo

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Prócoro Hernández Oropeza Sexta y última entrega* En Crotona, Pitágoras vive los últimos treinta años de su vida y aparte de la fundación y consolidación de su escuela pitagórica, el maestro influye en la ciencia, la filosofía y en las esferas del poder y el gobierno. Y precisamente a los sesenta años Pitágoras conoce a su sacerdotisa y compañera. Ella es Theano, una joven iniciada y bella mujer que cierto día lo enfrenta y le abre su corazón. Como todo iniciado, Pitágoras sabe que para completar su obra debe contar con una pareja para trabajar en los misterios del fuego, la energía creadora. En esos años la influencia del maestro en las ciudades próximas es de tal magnitud que lo ven como un semidiós. No lo era, pero sin duda sí un Cristo, no del tamaño de Jesús, pero al fin y al cabo un Cristo por todo su amor y sabiduría que entrega a la humanidad. En este planeta han existido varios Cristos, pero hay niveles de Cristos. Su influencia se extiende, además de Crotona y sus alreded

Pitágoras, Epifanía

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Prócoro Hernández Oropeza Quinta parte Para Pitágoras el fin de la enseñanza no era absorber al hombre en la contemplación o en éxtasis, los verdaderos iniciados debían volverse mejores en la tierra, más fuertes y mejor preparados para las pruebas de la vida. A la iniciación de la inteligencia debía suceder la de la voluntad, la más difícil de todas. En esta etapa, la cuarta o Epifanía, el discípulo debería hacer descender a la verdad en las profundidades de su Ser y encausarla en la práctica de la vida. Para lograr esta etapa, Pitágoras prescribía la reunión de tres perfecciones: Realizar la verdad en la inteligencia, la virtud en el alma y la pureza en el cuerpo. Ponía énfasis en el cuerpo mediante una sabia higiene y una continencia mesurada para mantener la fuerza corporal. Esto debido a que todo exceso del cuerpo deja una traza y una mancha en el cuerpo astral, organismo vivo del alma, y por consiguiente del espíritu. Se precisa que el cuerpo esté sano para que el alma lo esté

Pitágoras, ¿qué es el alma humana?

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Prócoro Hernández Oropeza En la escuela pitagórica, los iniciados deben pasar por tres grados, se había dicho: 1. El silencio, 2. La purificación y 3. La Evolución espiritual, pero hay uno más que había omitido y es la Epifanía. Hoy tocamos acerca la Evolución espiritual. Los adeptos, luego de haber recibido los principios de la ciencia, ahora se deben descender de las alturas, de lo alto absoluto a las profundidades de la naturaleza para comprender cómo se desenvuelve el pensamiento divino en la formación de las cosas y en la evolución del alma. Pitágoras les explica que la evolución material y la espiritual del mundo son dos movimientos inversos pero paralelos y concordantes con toda la escala del ser. La evolución material representa la manifestación de Dios en la materia por el alma del mundo que la trabaja. En cambio la espiritual representa la elaboración de la consciencia en las nómadas individuales y su tentativa de unirse, a través del ciclo de vidas, con el espíritu di