Mi misión
Prócoro Hernández Oropeza Hace un par de décadas tome un diplomado en la Universidad de Guadalajara, Campus Puerto Vallarta sobre Alta dirección. El profesor había sido un jesuita arrepentido y en ese tiempo se dedicaba a impartir cursos de desarrollo humano. Lo interesante es que cuando nos dio unos apuntes, una frase cambió mi percepción del mundo y el universo: “Cuando el hombre sabe a dónde va, la providencia le abre el paso.” Yo me pregunté qué o quién es la providencia. En ese tiempo todavía era un escéptico de la espiritualidad; en mi formación universitaria predominaba el marxismo y me pusieron en un dilema cuando los maestros, varios de ellos, claro, era la moda, nos decían que Dios fue inventado por los hombres, no el hombre era una creación divina. Después de un año de batallar en mi mente acepté esa filosofía y en ese momento me sentí liberado. Con el paso del tiempo, con la madurez que da el añejamiento del tiempo empecé a dudar de esa filosofía marxista. Me p