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Mostrando entradas de marzo 31, 2013
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Reflexiones cotidianas Eso eres tú Prócoro Hernández Oropeza A lo largo de nuestras vidas todos nos hemos hecho la siguiente pregunta: ¿quién soy? Soy este cuerpo, esta personalidad, mi profesión o un humano más del montón que vino a este mundo a experimentar sus dramas y alegrías. En realidad somos más que eso. Algo en nuestro interior nos dice que esta personalidad con todos sus roles e identidades no explican ni definen nuestra verdadera personalidad. De hecho ni siquiera somos verdaderos humanos, si acaso máquinas humanoides gobernadas por nuestros defectos psicológicos o yoes. Esos yoes son los que impiden ver nuestra verdadera identidad, nuestra razón de existir. En la India existe un saludo entre algunos yoguis que reza: Sat nam, que significa: Mi identidad es verdad. ¿Y cuál es la verdad? Eso que es nuestra naturaleza real y divina, esa esencia de luz, amor, sabiduría. En ese país milenario también se conoce otro mantra poderoso que describe esa naturaleza: Om Tat Sat
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Reflexiones cotidianas La renuncia al placer de los sentidos Prócoro Hernández Oropeza Los sentidos son maravillosos instrumentos para captar nuestro mundo exterior. Mediante ellos podemos percibir, formas, colores, dimensiones, captar sonidos, sabores, olores y a través del tacto percibir las superficies de los diferentes objetos que nos rodean. Como todo lo que nos proporcionan los sentidos los podemos experimentar, lo cual nos da la sensación de lo real, entonces nos apegamos a que eso, lo percibido, es lo único real. Y como consideramos que lo real es lo verdadero, entonces nos apegamos a todas las sensaciones que los sentidos nos proporcionan, al placer material de los sentidos. Mediante los sentidos percibimos, no sólo sensaciones, sino también emociones y pensamientos, que se traducen en acciones. Mediante la vista percibo a una mujer y por sus formas, su gracia o su belleza, plasmo dentro de mi mente ideas y pensamientos de atracción o repulsión, de contento o de av
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Reflexiones cotidianas La verdadera pasión Prócoro Hernández Oropeza La semana Santa reviste múltiples significados, tantos como se le quiera ver. Para unos es un excelente periodo vacacional, otros un descanso del estresante trabajo, en aquellos un espacio para meditar y reflexionar en la vida. La mayoría, quizá, lo ve como un tiempo para celebrar o recordar la pasión y muerte de Jesús. La palabra celebrar es demasiado fuerte para calificar un hecho que aún llena de vergüenza a la humanidad: el sacrificio de un maestro iluminado. El sacrificio de maestros ha sido constante a lo largo de la historia de la humanidad, en diferentes épocas y contextos. Maestros que lograron tener acceso a la sabiduría universal, sea porque ya habían trabajado en vidas anteriores o porqué se conectaron internamente con esa sabiduría interior que está en todos nosotros, pero a la que no tenemos acceso porque estamos dormidos, desconectados de ella. Jesús fue uno de esos grandes avatares que traj