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El agua del olvido

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Prócoro Hernández Oropeza Dicen los maestros de las antiguas tradiciones que cuando nacemos nos dan el agua del olvido y no recordamos quienes fuimos en nuestras vidas pasadas. Salvo muy raras personas pueden tener atisbos de esas vidas, principalmente algunos niños que aun poseen algunos recuerdos, pero cuando van creciendo lo van olvidando. Recuerda hace tiempo a un niño de tres años. Él afirmaba que venía de una estrella y daba su nombre, raro por cierto. Sus padres le había puesto el nombre de Enrique, pero él se negaba a aceptar dicho nombre. Él decía que su verdadero nombre era Sebastián. Sí, venimos con nuestra conciencia dormida, sólo un tres por ciento, el resto se halla fragmentada por las legiones de egos. Con ese porcentaje tan bajo qué podemos esperar, más que sufrimiento, buscar la gloria y la felicidad afuera. En el Evangelio Según San Tomás, de los libros apócrifos, Logion 28 se indica: “Jesús ha dicho: Yo me he posado en medio del mundo y me he revelado a e...

En manos de la gula

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Prócoro Hernández Oropeza La gula es una de las muchas tentaciones que provocan aparentemente satisfacción, buen gusto, placer, pero también muchos danos y enfermedades. La gula es uno de los siete pecados capitales, sombras de nuestros demonios, que asolan a la humanidad y pareciera ser un avance del progreso. Hay tantas ofertas, abundancia de comida para saciar todas las tentaciones del estómago, de tal suerte que está generando una población de gordos y gordas. Da la sensación de que ya no existe hambre en el planeta, la pobreza se extinguió, lo cual es una falacia. Esa gordura es producto de una mala alimentación, consumo de alimento chatarra o de carne de animales que han sido alimentados con productos químicos, y artificiales, además por la falta de ejercicio y el sedentarismo. Se imagina cuántas horas pasamos sentados frente a un televisor o una computadora, un celular, la mayor parte del día y parte de la noche. La gula, apoyada por una feroz publicidad,   nos i...

Identificación y fascinación

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Prócoro Hernández Oropeza Como andamos dormidos nos identificamos tan fácilmente con lo que ocurre a nuestro alrededor, con aquellas señales o estímulos que percibimos a través de los cinco sentidos. Y cada vez que nos identificamos con un evento o situación quedamos fascinados o nos olvidamos de quiénes somos realmente. Si un hombre llega y nos insulta, nos identificamos con esos sonidos y reaccionamos con enojo o miedo. Si vemos a una mujer que camina con una falda muy corta y contoneando su cuerpo quedamos prendidos de esas formas sensuales. Esto se llama fascinación. Los sabios afirman que todo tipo de identificación produce fascinación y sueño. Vais andando por una calle, de pronto os encontráis con las turbas que van protestando por algo ante el palacio del señor presidente; si no estáis en estado de alerta os identificáis con el desfile, os mezcláis con las multitudes, os fascináis, y luego viene el sueño, gritáis, lanzáis piedras, hacéis cosas que en otras circun...

Algo más sobre los sueños

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Prócoro Hernández Oropeza Casi todo el mundo, sino la mayoría tienen o han tenido sueños. Algunas personas pueden soñar a diario y otras sólo de vez en cuando, raro será el que no lo haga. En otras entregas he dicho que existen diferentes clases de sueños y estos pueden ser de diferente calidad debido a que se hallan conectados directamente con nuestros niveles de conciencia, pero sobre todo con los centros psicológicos del organismo humano, como el centro intelectual, emocional, instintivo, motriz, sexual. Estos cinco centros son llamados centros inferiores, debido a que existen otros dos centros superiores, conectados con nuestra parte divina, con la fuente del amor y la sabiduría. La mayoría de las personas poseen sueños relacionados con estos cinco centros inferiores, se refieren a esos suenos mecánicos, repeticiones inconexas la mayoría de las veces con nuestra vida ordinaria. Ora nos vemos paseando por un camino que no tiene fin, ora estamos en el trabajo haciendo las t...

Es otoño, dónde están los amantes

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Prócoro Hernández Oropeza Nuestras vidas se miden por tiempo, por ciclos, estaciones, años. Ya llegamos a otoño. Y aunque las estaciones cambian dependiendo del lugar en el planeta, el otoño deberá tener el mismo significado, pienso yo. Para mí es un tiempo de recogimiento, reflexión, nostalgia. En mis años de estudiante, cómo recuerdo aquella canción de Roberto Jordán, titulada Amor de estudiante. Su primera estrofa decía: Es otoño los amantes ya se fueron, las hojas de los arboles cubren el campo sus voces amorosas ya no se escuchan, el verano ya se fue. Eran los anos de preparatoria y cuando terminaba el ciclo escolar y había que emigrar a otras ciudades también se rompían ciclos amorosos y nos poníamos tristes o melancólicos. Mi amor de verano mi primer amor, Amor de estudiante ya se terminó. Vendrán otros veranos vendrán otros amores pero siempre en mi ser vivirá mi amor de verano, mi primer amor Y claro, esto pesaba más si el rompimiento era de nue...

Si dañas, me dañas

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Prócoro Hernández Oropeza Cuántas veces actuamos inconscientemente y en ese estado generamos acciones que dañan a otros. Puede ser con un gesto, un grito, un golpe, un desprecio. No nos damos cuenta que al hacerlo nos estamos dañanando a nosotros mismos. Por eso dicen lo maestros: Trata a los demás como quieras que te traten. Si en nuestra vida ofendemos, robamos, mentimos, ofuscamos, depreciamos o dañamos, eso mismo nos lo estamos haciendo. Todo regresa como un boomerang. En India existe este cuento de Parvati, la consorte de Siva, titulado si Dañas, me dañas. -Parvati es una de las diosas más amorosa, benevolente y misericordiosa del panteón hindú. Es la consorte de Shiva y se manifiesta como extraordinariamente compasiva. Cierto día, uno de sus hijos, Kartikeya, hirió a una gata con sus uñas. De regreso a casa, corrió hasta su madre para darle un beso. Pero al aproximarse al bello rostro de la diosa, se dio cuenta de que ésta tenía un arañazo en la mejilla. ...

La música, reflejo del alma

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Prócoro Hernández Oropeza La música es un don divino, un maravilloso regalo de los dioses para alegrar el alma, no obstante también para atormentarla. Es más fácil sentirla y reproducirla que definirla. La música tiene esa virtud de transformar nuestros estados de ánimo, de generar entusiasmo, alegría, vivacidad, aunque también llevarnos a la tristeza, depresión u otros estados emocionales negativos cuando su letra o contenido nos asocia con recuerdos o sentimientos negativos de nuestra vida. También es la expresión de los sentimientos, valores, creencias y mitos de una comunidad. Por la calidad y tipo de música podemos reconocer la armonía o la desarmonía de una sociedad.   El término música tiene su origen del latín “musica” que a su vez deriva del término griego “mousike” y que hacía referencia a la educación del espíritu. Puede decirse que la música es el arte que consiste en dotar a los sonidos y los silencios de una cierta organización. El resultado de este orden ...