Es otoño, dónde están los amantes





Prócoro Hernández Oropeza
Nuestras vidas se miden por tiempo, por ciclos, estaciones, años. Ya llegamos a otoño. Y aunque las estaciones cambian dependiendo del lugar en el planeta, el otoño deberá tener el mismo significado, pienso yo. Para mí es un tiempo de recogimiento, reflexión, nostalgia. En mis años de estudiante, cómo recuerdo aquella canción de Roberto Jordán, titulada Amor de estudiante. Su primera estrofa decía:

Es otoño los amantes ya se fueron,
las hojas de los arboles cubren el campo
sus voces amorosas ya no se escuchan,
el verano ya se fue.
Eran los anos de preparatoria y cuando terminaba el ciclo escolar y había que emigrar a otras ciudades también se rompían ciclos amorosos y nos poníamos tristes o melancólicos.
Mi amor de verano
mi primer amor,
Amor de estudiante
ya se terminó.
Vendrán otros veranos
vendrán otros amores
pero siempre en mi ser vivirá
mi amor de verano,
mi primer amor
Y claro, esto pesaba más si el rompimiento era de nuestros primeros pasos por los caminos del amor. Es verdad, esos momentos no se olvidan, a pesar de la distancia y de tantos otoños que han pasado. Quedan recuerdos en el alma, y aún recordamos esos bellos momentos cuando la novia, por ejemplo, me regalaba una sonrisa, inclusive en una ocasión me entregó una rosa. Luego, yo partí hacia el norte, ella hacia el sur, después sabe dónde anda.
¿Qué significado tiene el otoño? El otoño es un término que tiene su origen en el vocablo latino autumnus. El concepto permite nombrar a la estación que, de acuerdo a la astronomía, se inicia con el equinoccio otoñal y se extiende hasta el solsticio invernal.
En el hemisferio sur, el otoño comienza el 21 de marzo y finaliza el 21 de junio, cuando empieza el invierno. En el hemisferio norte, en cambio, el otoño abarca del 21 de septiembre al 21 de diciembre. El orden de las estaciones es el siguiente: otoño-invierno-primavera-verano, un ciclo que se repite en todo el planeta.
A diferencia de otras partes del mundo donde el paso del otoño es más visible, aquí los árboles no mudan mucho de ropaje. Su color verde se mantiene casi todo el año, salvo cuando escasea la lluvia en enero o Febrero. En otras ciudades el otoño se caracteriza por la caída de las hojas de aquellos árboles que forman parte del grupo de los caducifolios (referencia a los árboles o arbustos que pierden su follaje durante una parte del año). Los árboles de este tipo, a diferencia de los perennes, renuevan sus hojas cada año. Con la llegada del otoño, por lo tanto, las hojas adquieren un color amarillento o amarronado y caen al suelo una vez que están secas. Durante el invierno, los árboles caducifolios permanecen “desnudos” y recién vuelven a exhibir su follaje en la primavera. En esos mismos sitios la temperatura también empieza a bajar, a diferencia que en esta parte del pacífico el calor se mantiene hasta fines de Noviembre.
 A nivel simbólico, asociamos al otoño con la madurez o al ocaso de la vida. Por ejemplo: “Nunca pensé que, en el otoño de mi existencia, volvería a enamorarme”, “El cantante sabe que está transitando el otoño de su carrera y desea retirarse con una última gira”, “Estoy en mi mejor momento, todavía falta para que llegue el otoño y la etapa de reposo.” Aunque también es tiempo de cosechar. En los campos que viven del temporal, los agricultores se dedican a levantar sus cosechas e inclusive en diversas tradiciones antiguas realizaban rituales para agradecer a las deidades y a la Madre tierra por las buenas cosechas. Así también, quienes estamos en el “Otoño” podemos reflexionar y festejar por los logros que hemos alcanzado en nuestra vida. Tal vez no son los deseados, pero el hecho de que sigamos vivos y con pleno uso de nuestras facultades, ser conscientes que aún podemos alcanzar grandes victorias y continuar disfrutando con mucho amor y alegría los otoños que están por venir.

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