La música, reflejo del alma
Prócoro Hernández Oropeza
La música es un don divino, un maravilloso regalo de los
dioses para alegrar el alma, no obstante también para atormentarla. Es más
fácil sentirla y reproducirla que definirla. La música tiene esa virtud de
transformar nuestros estados de ánimo, de generar entusiasmo, alegría,
vivacidad, aunque también llevarnos a la tristeza, depresión u otros estados
emocionales negativos cuando su letra o contenido nos asocia con recuerdos o
sentimientos negativos de nuestra vida.
También es la expresión de los sentimientos, valores,
creencias y mitos de una comunidad. Por la calidad y tipo de música podemos
reconocer la armonía o la desarmonía de una sociedad. El término música tiene su origen del latín
“musica” que a su vez deriva del término griego “mousike” y que hacía
referencia a la educación del espíritu. Puede decirse que la música es el arte
que consiste en dotar a los sonidos y los silencios de una cierta organización.
El resultado de este orden resulta lógico, coherente y agradable al oído. La
armonía, la melodía y el ritmo, por citar tres elementos, son los principales
componentes de la música.
También se dice que la música es un conjunto de sonidos y
silencios, organizados de manera lógica, que se rige por una serie de leyes
como la armonía, el ritmo y la melodía, haciendo uso de la sensibilidad que
caracteriza al ser humano con respecto a la emoción y percepción de elementos
artísticos.
En China se cuenta que luego de escuchar un concierto con músicos
formados por él mismo, Confucio rechazó tomar cualquier alimento. Estaba tan
extasiado con lo que acababa de escuchar que, ante la insistencia de algunos de
sus discípulos para que comiera, les dijo:
-Todo lo que uno necesita hacer es simplemente comprender el
ritual y la música y después aplicarlos al gobierno, ya que con ellos todo
puede ser ordenado correctamente. Cuando todo está ordenado correctamente,
encontramos nuestro centro moral, cuando encontramos nuestro centro moral, la
paz política y gubernamental siguen de manera natural.
Significa esto que nuestro centro moral, nuestro espíritu
esta ordenado, en armonía con todo lo que le rodea y por tanto se puede
manifestar ese orden, esa unidad y armonía en nuestros pensamientos, palabras,
emociones y actos, a nivel individual y también colectivo.
Para no dejar duda de esto Confucio remarcó a sus alumnos:
- La música de los países pacíficos y prósperos es tranquila y alegre y el
gobierno ordenado. La música de un país con disturbios muestra descontento y
enfado y el gobierno es caótico. La música de un país destruido muestra tristeza, recuerdos del pasado y la
gente vive molesta… Lo más importante es que el país que cultive las formas más
elevadas de la música y las artes, será la cultura que más perdure.
Bajo esa premisa habrá que revisar en este país y en el
mundo en general cómo se está desenvolviendo la música y las artes en general.
Si nuestro país vive una etapa difícil, caótica y un gobierno corrupto y
desprestigiado, será interesante analizar cómo se está expresando esto en la
música. Por ejemplo, después de la revolución mexicana aparecieron los corridos
con temas que hacían apología de los héroes, batallas y traiciones entre los
actores de ese movimiento. El Rock´ and roll expresó el descontento de una
generación, sus frustraciones, pero también sus ansias de libertad, de amor,
pero un amor desvirtuado.
En la actualidad, en México la llamada música vernácula o
ranchera, incluyendo las bandas hacen apología de los narcos, la violencia, tristeza,
celos, ira, traiciones. En algunas manifestaciones del rock, los temas tocan
también la soledad, el descontento, la corrupción. Si nuestro gobierno es
caótico, corrupto, incapaz de resolver los problemas ciudadanos, sin duda como
lo sostenía Confucio, esa música muestra descontento y enfado. Sólo en pequeñas
islas de paz han surgido grandes genios en la música y otras formas artísticas.
En la música están Silvestre Revueltas, José Pablo Moncayo, Julián Carrillo y
en otras ramas del arte hubo un fuerte boom de literatura y pintura.
Para concluir, Confucio sostenía que la música debería
expresar la armonía del universo, de esa
música que surge desde el cielo. Pero también existe música que es el
reflejo colectivo de nuestros miedos, enfados, sufrimiento, angustia, enfado,
desafortunadamente es la que domina, la que gusta a las masas.
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