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El acto o defecto de discutir

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Prócoro Hernández Oropeza Algunas personas somos muy propensas a discutir, discutir sobre cualquier   tema, no importa que no sepamos de la materia en cuestión. Hemos desarrollado el hábito de meternos en discusiones y controversias innecesarias. Esto se nota más en el plano político, pero también sucede en las pláticas habituales o cotidianas. En India, a este hábito le llaman Takika Bhuddi, discutir demasiado. Las personas que han adquirido este hábito o vicio no pueden permanecer tranquilos ni por un minuto y buscan las ocasiones para discutir acaloradamente. Están usando su centro intelectual, el racional, centro que les impele generar polémica, controversias debido a que un ego requiere energía. Puede ser el ego del orgullo, de la razón, de la envidia, de la prepotencia, de la intolerancia. Muchas veces discutir demasiado no sólo crea enemistad y hostilidad, también se gasta mucha energía en ello. El intelecto o centro intelectual posee dos niveles, el inferior y e...

De sueños y otros cuentos

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Prócoro Hernández Oropeza Parte 1 De niño siempre soñaba con serpientes. Cuando llegaba la noche me daba   pánico ir a la cama. Si para mis hermanos ir a dormir era un placer, no para mí. En cuanto me quedaba dormido tenía sueños terribles. En mi pueblo había muchas serpientes y eso era quizás el motivo de mis pesadillas. Había serpientes venenosas y otras que no eran peligrosas, especialmente las llamadas serpientes de agua, las de color verde. Pero las grises con cascabel eran venenosas. También había coralillos, linces, cempoates y escorpiones.   La gente de mi pueblo   le tenía mucho miedo especialmente a esta sierpe, la de cascabel, y en cuanto veían una la mataban. Algunas las clavaban en una penca de maguey, a pesar de que ellas no atacaban por atacar, sólo si se les provocaba. Por lo regular cuando encontrábamos alguna, huía, pero el mito de que eran malas de inmediato generaba una reacción de miedo y odio a la vez. Posiblemente el mito de que fue un...

El arrepentimiento y la culpa

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Prócoro Hernández Oropeza En nuestra vida enfrentamos muchos retos, obstáculos, fracasos, errores como quiera llamarle. Algunos nos han marcado   de por vida. Otros les llaman pecados a estos errores. Si alguien comete una infidelidad y como en su interior algo le dice que eso que cometió es un problema grave, este se puede sortear de diversas maneras. Con cinismo o con arrepentimiento. Aquel que es cínico puede repetir ese error tantas veces como sea necesario y puede que no sienta   ningún arrepentimiento. Decía el pensador Chino Confucio: “El hombre que ha cometido un error y no lo corrige, comete otro error mayor.” Pero los cínicos es posible que no lo vean así, simplemente aceptan que esa es su naturaleza, se consideran unos verdaderos donjuanes o conquistadores de damas y eso les inflama su orgullo. A pesar de eso, vuelvo a citar a Confucio: “No existe un solo hombre, que estando al tanto de sus defectos, los apruebe en su interior.” Es verdad, porque en nuestr...

En busca de respuestas

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Prócoro Hernández Oropeza Nací en un pueblo pintoresco, rodeado de montañas, cuatro montañas se divisan desde las ventanas de la casa de mis amados padres. Y desde pequeño me preguntaba que había más allá de ellas, qué gentes, poblaciones, culturas habitaban atrás del Popocatépetl, Iztaccíhuatl o del Pico de Orizaba. Y también me preguntaba si algún día podría rebasar los límites de lo que alcanzaban a ver mis ojos. Pero también me preguntaba por qué había nacido en ese pequeño pueblo con esta familia, con estos padres. Atisbaba en el cielo, que por las noches cuando no había luna, se divisan millones de estrellas, la Vía láctea que me imaginaba un camino por donde transitaban los ángeles. Eran muchas las preguntas que había en mi corazón y a las que no encontraba respuestas. Con el paso del tiempo, pude emigrar hacia otras ciudades, conocer otros pueblos, culturas y gentes, pero no había respuestas claras acerca de por qué había venido a este planeta. La religión daba algunas ...

Los días más importantes

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Prócoro Hernández Oropeza Si te preguntarán cuáles son las dos días más importantes en tu vida, ¿qué responderías? Algunos responderían: el día que nació un hijo, cuando conociste a tu esposa, cuando te graduaste o conseguiste una gran fortuna.   Pero esas no son ni por mucho las respuestas adecuadas.   El escritor Mark Twain dice que los dos días más importantes de tu vida son el día que naciste y el día en qué descubres por qué naciste, a qué viniste a este planeta. A muchos se nos olvida eso o de plano lo ignoramos y si lo hacemos ni siquiera nos ponemos a pensar o reflexionar acerca de por qué vine, cuál es mi misión o mi papel en este mundo. No venimos simplemente porque tus padres se enamoraron y decidieron tenerte, esto es mucho más profundo. Nada es fortuito o casual, todo tiene un origen y explicación, pero como dicen que nos dan el agua del olvido cuando nacemos   no sabemos a qué venimos. Es más ignoramos que ya hemos vivido varias vidas en otros cu...

Cholula, escuela iniciática

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Prócoro Hernández Oropeza En México, como en Egipto, también existen vestigios de culturas muy desarrolladas, no sólo en el plano material, arquitectónico, agrícola, científico, también en el plano espiritual. No había separación entre ciencia y religión, se mezclaban y su unión aportaba grandes progresos en todos los ámbitos. En el estado de Puebla existió la ciudad de Chollolan o Cholula como se le conoce ahora y ahí se encuentra la gran pirámide de Cholula, un templo azteca antiguo, con una base   cuatro veces más grande que las otras Pirámides   y casi el doble de volumen. Su nombre deriva de la palabra prehispánica Chollolan, que significa “lugar de huida”. También se ha llegado a interpretar como “Agua que cae en el lugar de huida”, lo cual hace referencia al arribo de grupos Toltecas en la región luego de su expulsión de Tula cerca del año 1000 d. n. e.   Asimismo, el sitio era reconocido como Tlachihualtépetl, es decir, “el cerro hecho a mano”. Lo inte...

La esfinge de Guiza y su legado

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Prócoro Hernández Oropeza Las culturas antiguas, como la egipcia o la maya todavía encierran muchos misterios y seguirán dando de qué hablar. La esfinge de Guiza llama la atención por su aspecto antropomórfico. La Esfinge, monstruo fabuloso, hijo de Equidna y de Tifón, o según ciertos autores de Ortro y la Quimera, tenía la cabeza y senos de mujer, el cuerpo de perro, las garras de león, las alas de águila y una cola armada con un dardo agudo. Los egiptólogos estiman que fue esculpida c. siglo XXVI a. C., formando parte del complejo funerario del rey, durante la dinastía IV de Egipto, pero otras fuentes consideran que es mucho más antigua, con más de diez mil años, incluso que fue esculpida por los atlantes.   Edgar Cayce, visionario y curandero estadounidense, difundió la teoría de una antigua civilización: los atlantes. Para Cayce y sus seguidores, la Gran Esfinge habría sido construida por los atlantes, y creen que bajo la estatua se encuentra la «Sala de los Archivos»...