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El nacimiento de nuestro Cristo Interior

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Prócoro Hernández Oropeza Estamos a un día del festejo de la Navidad, fecha que nos remite al nacimiento del gran Cristo Cósmico, Jesús, pero es también la fecha en que han nacido otros cristos como Krishna, Buda, Mitras, Osiris. Será pura coincidencia, inventos de la mitología popular, seguramente son acontecimientos astrológicos, producto de los divinos y sagrados misterios. Jesús nació un 25 de Diciembre de una virgen en un pesebre y vino a la Tierra para salvar a la humanidad. Buda, nacido de la Virgen MAYA un 25 de diciembre. Su venida fue anunciada por una estrella y a su nacimiento también concurrieron como con Jesús, por hombres sabios con costosos regalos (Reyes Magos). Krishna (INDIA) también su nacimiento fue anunciado por una estrella, hijo de la Virgen Devaki nació  en una cueva y  al momento de su nacimiento fue milagrosamente iluminada por una estrella. Las vacas adoraron su nacimiento. Como en el caso de Jesús y de otros cristos, el Rey Kansa intentó b...

Los cantos de la mañana

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Prócoro Hernández Oropeza Así como existen canciones que calan profundo en el corazón, lo mismo novelas o películas, también los poemas pueden sumergirnos en un estado de éxtasis, asombro, admiración o melancolía.  En su poema, El poeta revela a las criaturas el nombre de su amada, el poeta chiapaneco, Efraín Bartolomé, despliega creatividad, frescura y un espléndido manojo de metáforas para describir el nombre de su amada. Este poema me recuerda aquellos momentos de éxtasis cuando se da el primer enamoramiento o el segundo o los que sean y dan ganas de gritar a todo el pulmón el nombre de la amada o escribirlo en el cielo para que todo mundo lo sepa. Así inicia este poema: Toda la página del cielo para poner su nombre. Pero cuál es el nombre de la amada, el alto nombre a la que describe el poeta Efraín. Aunque al final lo menciona: La mañana, si la mañana, pero aunque eso se deduce del poema, el nombre de la amada puede ser Johana, Mariana, Fernanda, Mireya, una sonri...

Cambios tecnológicos y estados de conciencia

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Prócoro Hernández Oropeza Con la aparición de las nuevas tecnologías de la información y más concretamente las redes sociales, la interacción humana ha sufrido muchos cambios. En mis tiempos mozos no existía el teléfono móvil y el de casa sólo pocas familias tenían acceso a él. Los teléfonos públicos eran escasos y sólo existían en las grandes ciudades. La única forma de comunicación más rápida eran los telegramas y le seguía el correo, las cartas. En la década de los setentas yo recibí la notificación de que había sido aceptado en la UNAM por medio de una carta. Hoy todo es vía correo electrónico, inclusive, las tareas, las calificaciones, las notificaciones son por esta vía y en muchas instituciones educativas se imparten cursos y carreras por la vía del internet. Antes de que llegara el internet, apareció el fax, una vía más rápida para enviar información o documentos importantes, pero sólo se daba el intercambio entre aquellos que tuvieran su propio fax. Por ahí en los...

La vida es un juego

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Prócoro Hernández Oropeza De acuerdo al diccionario, el juego es una actividad que se realiza generalmente para divertirse o entretenerse y en la que se ejercita alguna capacidad o destreza o bien una actividad recreativa física o mental en la que compiten dos o más personas sometiéndose a unas reglas y componentes. Los componentes fundamentales de un juego son: Un Espacio (con límites), Tiempo (límites), Meta/Objetivos, Equipo (personas), Reglas, Árbitros, Obstáculos (cosas y oponentes), Objetos con que jugar (equipo), Objetos para que jugar (premios), Poderes y Limitaciones. Desde este ámbito, resulta que nuestra vida es un juego y de nosotros depende cómo lo jugamos, en sufrimiento o en felicidad, en amor o en anti amor. Como vivimos en la ignorancia de muchas cosas, por lo general jugamos nuestros juegos en dolor, sufrimiento o angustia, pocos momentos en felicidad y amor. El juego de pareja posee, lo mismo que un juego de futbol, espacio, tiempo, metas y objetivos, las perso...

Sueños inconclusos

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Prócoro Hernández Oropeza Todos o la mayoría soñamos cuando vamos a dormir. Algunos sueños serán muy lúcidos, otros sólo absurdos, incoherentes, fragmentos de nuestra vida que se entrelazan pero sin un hilo coherente o simplemente aterradoras pesadillas donde salen a relucir nuestros demonios internos. Los primeros, los lúcidos son maravillosos, alucinaciones prístinas o proféticas o un conjunto de imágenes simbólicas o con códigos indescriptibles. Algunos simbolismos o arquetipos suelen repetirse a través de esos sueños. Cierta ocasión sueño que me encuentro en lo alto de una colina, cuya planicie es muy estrecha, me acompañan dos personas más, una que aparentemente es un hermano y otra desconocida. Yo llevo una cámara y estoy a la espera de un gran acontecimiento. Abajo, muy abajo se encuentra un destacamento militar. Hacia el sur se divisa un pequeño pueblo y me llama la atención que posee unas siete iglesias a pesar de que el número de habitantes es muy escaso, no más de una do...

La caída del hombre

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Prócoro Hernández Oropeza La lujuria es uno de los siete pecados capitales y uno de los más prominente egos, la causa o ego principal que precipitó la caída de una sociedad iluminada, no sólo de un hombre y una mujer (Adán y Eva), sino de una sociedad que vivía en el edén, en la arcadia o el paraíso y esto fue a consecuencia del sexo: el Yo de la lujuria. En total hay siete yoes principales o egos que se deben considerar cabezas de legión. Cada uno contiene múltiples aspectos. Y los aspectos de estos Yoes se encuentran contenidos en los 49 niveles de nuestro subconsciente, ubicados en nuestra alma. Esto significa que nuestra alma posee diversos niveles capaces de contener las diferentes intensidades de la luz de Dios, pero con la irrupción del ego, éste expulsó la luz y hay grandes zonas oscuras en nuestra alma, y de esa manera el cuerpo se enferma, el alma se enferma y el propósito de la gran revolución en el universo se estanca. De estas siete legiones de Egos, el de la lujuria ...

Las lecturas inconclusas

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Prócoro Hernández Oropeza Muchos lectores buscamos un libro para saciar nuestra hambre de saber, conocimiento, búsqueda, deambular en las memorias de los escritores o en sus mundos imaginarios. Existen muchos motivos, algunos por la recomendación de un amigo, del maestro de la escuela, por la tendencia literaria o la moda o simplemente porque se dio un encuentro aparentemente casual entre ese libro y el lector. No creo en las casualidades, sino en las causalidades. Si escojo un libro es porque algo me quiere comunicar su autor o porque el autor me escogió como su lector por algún motivo. A principios de los 90´s cuando el autor de la saga de libros El Senor de los Anillos, J.R.R Tolkien no era famoso ni se vislumbraba que sería, anos después un escritor reconocido y famoso, en una tienda de autoservicio me topé con el tomo I de esa saga. Para mi era un total desconocido, como para la mayoría de lectores de esa época. Pero leí el resumen de la contraportada y el tema me llamó la at...