El nacimiento de nuestro Cristo Interior
Prócoro Hernández Oropeza
Estamos a un día del festejo de la Navidad, fecha que nos
remite al nacimiento del gran Cristo Cósmico, Jesús, pero es también la fecha
en que han nacido otros cristos como Krishna, Buda, Mitras, Osiris. Será pura
coincidencia, inventos de la mitología popular, seguramente son acontecimientos
astrológicos, producto de los divinos y sagrados misterios. Jesús nació un 25
de Diciembre de una virgen en un pesebre y vino a la Tierra para salvar a la
humanidad. Buda, nacido de la Virgen MAYA un 25 de diciembre. Su venida fue
anunciada por una estrella y a su nacimiento también concurrieron como con
Jesús, por hombres sabios con costosos regalos (Reyes Magos). Krishna (INDIA)
también su nacimiento fue anunciado por una estrella, hijo de la Virgen Devaki
nació en una cueva y al momento de su nacimiento fue milagrosamente
iluminada por una estrella. Las vacas adoraron su nacimiento. Como en el caso
de Jesús y de otros cristos, el Rey Kansa intentó buscar al Cristo Hindú,
ordenando asesinar a todos los niños varones nacidos esa misma noche.
En Persia, Mitras nació un 25 de diciembre, en una cueva,
hijo de una Madre Virgen. También
descendió del cielo como hombre para salvar a la Humanidad de sus
pecados, siendo conocido como “El Salvador” “El hijo de Dios”, “El Redentor”,
“El Cordero de Dios”. En Egipto Osiris- Horus Nació de la Virgen ISIS-MERI un
25 de diciembre en un pesebre y su nacimiento también fue anunciado por una
estrella y asistido por tres hombres sabios, (Reyes Magos); Su padre terrenal
se llamaba “Seb” que traducido es José. Como todos los anteriores realizaron
sanaciones milagrosas, legaron una cartografía para el Retorno a casa o a Dios,
murieron o fueron asesinados o traicionados y resucitaron al tercer día.
No cabe duda que todos ellos han sido avatares del mismo
gran creador, del Único, el incognoscible, el gran Padre/Madre y su venida fue
anunciada y asistida por tres hombres sabios y además nacieron en la misma
fecha, 25 de Diciembre, aunque se celebra desde un día antes, en el solsticio
de invierno. Y si revisáramos sus mensajes, sus profundos mensajes
descubriríamos que en todos ellos se habla de la existencia de un Gran
Padre/madre que los ha enviado y que su misión fue la de quitarnos la venda, el
velo de la ignorancia en que nos encontramos. Ahí están sus hermosos y
profundos mensajes de amor, compasión, sabiduría, con alegorías, metáforas y
mapas para recordar el camino.
Ello no ha bastado y seguimos dormidos, sin comprender a
fondo esas enseñanzas o peleando y tratando de imponer un Dios, una religión
como la más fiel, única y verdadera. No hemos entendido que esos avatares, que
han venido en distintos tiempos y culturas, tenían el mismo propósito, la misma
misión, la de recordarnos que hemos sido y lo seguimos siendo seres de luz, que
antes de que llegáramos a este planeta éramos ángeles, águilas que volábamos en
las alturas. Hemos caído y nos hemos olvidado de nuestra divinidad y es posible
que deba venir otro avatar para refrescarnos la memoria y es posible también
que, debido a nuestra arrogancia y a nuestra ignorancia, lo crucifiquemos
también.
Navidad significa nacimiento, no sólo para recordar el
nacimiento del Jesús histórico, sino para recordar que en nosotros, en nuestro
corazón debe nacer ese niño Dios. No sólo se trata de celebrar esta fecha con
fiestas paganas, sino de conectarnos con nuestro corazón para que nazca y se
revele nuestro Cristo íntimo. El maestro Samael Aun Weor afirma que “Si por
algo es grandiosa la venida de Jesús, el Gran Kabir, es porque nos trajo en
verdad, la Doctrina del Cristo Interior. Cuando Pablo de Tarso habla sobre El
Cristo, no se refiere exclusivamente al Jesús histórico: se refiere al Jesús
Íntimo… Muchos aguardan la venida del Gran Maestro, pero en verdad os digo, mis
queridos hermanos, que Él viene desde adentro, desde el fondo mismo de nuestras
Almas. Conforme nosotros perseveremos en el trabajo, conforme luchemos por
eliminar los elementos inhumanos que llevamos en nuestro interior, nos
acercaremos cada vez más y más al Cristo Íntimo.”
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