El paraíso, La divina Comedia I
Prócoro Hernández Oropeza
Llegó el momento de despedida y Virgilio, al llegar al
escalón más alto el purgatorio le dice:
- Has visto hijo mío, el fuego temporal y el eterno; y has llegado a un lugar
donde por mí mismo no puedo ver más (Se refiere al paraíso terrenal). Te he
traído hasta aquí con ingenio y con arte; ahora ten por guía tu placer; fuera
estás de los caminos difíciles y de las angosturas. Mira el sol que reduce en
tu frente; (en su frente se han borrado las siete Ps que un ángel, al ingresar
al purgatorio le había impreso); mira la hierba, las flores y los arbustos que
este suelo produce por sí solo produce… ni esperes mis palabras, ni mi gesto;
tu arbitrio es libre, recto, sano y sería un error no obrar según su principio,
y por ello pongo sobre tu cabeza la corona y la mira. Es de gran significado el
simbolismo de la corona, lo que significa que ha redimido sus errores, toda la
legión de egos, ha sanado su alma humana y espera el encuentro con Beatriz, su
alma espiritual. (Canto XXII)
El Paraíso Terrenal
En la cima del Monte Purgatorio se encuentra el Paraíso
Terrenal o el Jardín del Edén. Alegóricamente, representa la inocencia que
existía antes de que Adán y Eva o la raza Adámica perdieran la Gracia de Dios –
el estado que el ascenso de Dante al purgatorio ha estado recuperando. Aquí
Dante conoce a Matilda, quien prepara a Dante para su encuentro con Beatriz, la
mujer a la que Dante dedicó sus anteriores poesías, la mujer a cuyo pedido
Virgilio fue ordenado traer a Dante en su viaje, y la mujer que simboliza el
camino a Dios (Canto XXVIII).
En estos cantos últimos Dante describe con muchos
simbolismos y metáforas a los eres y la naturaleza que habitan en el
Purgatorio, a las almas que han redimido sus pecados. En el Canto XXX, Dante se
encuentra finalmente con Beatriz. Ese encuentro lo describe así: - “Sobre
cándido velo y coronada de olivo se me apareció, bajo un manto verde, una mujer
vestida de color de llama viva. Y mi espíritu que desde hacía mucho no había
estado en su presencia, templando de estupor y abatido, sin tener por los ojos
más conocimiento, por oculta virtud que emanaba de ella, sintió la presencia
del gran antiguo amor… luego, al no contar con la presencia de Virgilio para le
explicara lo que acontecía, empezó a llorar y la dama le dice:
- Dante, no llores, no loores ahora porque Virgilio se vaya,
pues tendrás que llorar por otras causas.
Mírame bien Yo soy Beatriz. ¿Cómo te dignaste subir a este monte? Acaso
no sabías que aquí el hombre es feliz? Luego le reclama Beatriz, el que Dante,
luego de que ella muriera, se entregó al amor de los bienes terrenales,
abandonando los espirituales. Es decir, se olvidó de su real naturaleza y por
tanto de su divina Madre y le pide a Dante que lo confiese: - Di, di, di, esto
es verdad; a tal acusación es preciso que tu confesión corresponda. Luego de
que Dante aceptara sus errores, Matilda lo sumerge en el agua, es obvia que
para purificar esos errores. Lo errores o yoes se eliminan por agua y fuego; ya
antes de subir al paraíso tuvo que ser pasado por el fuego. Es el camino de la
purificación del alma. Esta limpieza era necesaria para que Dante pudiera estar
frente a Beatriz.
Luego Dante describe en el Canto XXXII soldados, ninfas, fieras,
un carro jalado por una biforme fiera, así como siete cabezas con cuernos, en
alusión a los siete pecados capitales. Al
final, Beatriz le dice a Dante_
- Hermano, ¿por qué, viniendo conmigo no te atreves a
preguntar lo que deseas?
Y le responde Beatriz: - Quiero que en delante de desprendas
de todo temor y vergüenza y que no vuelvas hablar como quien suena… ensena a
los vivos que la vida es una carrera hacia la muerte. Y Ten presente en tu
memoria, cuando las escribas, de ocultar cómo has visto por dos veces robado el
árbol. Y quien lo roba o maltrata, ofende con blasfemia de hecho a Dios.
Beatriz le indica a Dante que ya ha despertado y no debe quedarse dormido más,
ha despertado su conciencia y de paso le indica el respeto por el árbol del
Bien y del Mal, de cuya fruta comió Adán y Eva, Lo que significa el respeto por
la sexualidad sagrada. Por último, Beatriz le pide a Matilde que lo lleve a
beber agua del río Leteo para su purificación.
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