Las grandes tragedias humanas
Prócoro Hernández Oropeza
La humanidad siempre
ha buscado una tierra prometida, un lugar que pueda ofrecerle seguridad
económica, progreso, éxito, felicidad. En todas partes del mundo han existido
los éxodos de personas que buscan esos espacios prometedores, lo más conocido
es el éxodo de los judíos de Egipto a su pueblo Israel. Tardaron muchos anos,
penurias y sobresaltos para llegar finalmente a su destino. Pero estos eran
guiados por un líder espiritual, Moisés, un ser inspirado y guiado también por
una divinidad superior.
A Europa han llegado cientos o miles de migrantes de
diversas naciones; unas porque están en guerra, otros por hambre y algunas más
por buscar superación económica. Llegan de los países árabes, de África, sin
faltar por supuesto de América Latina. A Estados Unidos también arribaron miles
de ciudadanos europeos que vieron en este territorio una posibilidad de cambiar
su situación económica y prosperar.
Los primeros colonizadores europeos comenzaran a llegar,
sobre todo de Inglaterra, después de 1600. Los españoles construyeron pequeños
asentamientos en Florida y el suroeste, y los franceses a lo largo del río
Mississippi y la costa del Golfo. En la década de 1770, trece colonias
británicas contenían dos millones y medio de personas a lo largo de la costa
atlántica al este de los Apalaches. A mediados del siglo XIX, los principales
países que aportaban migrantes a Estados Unidos estaban en Europa Occidental.
Reino Unido e Irlanda por un lado y Alemania por otro, además de Francia.
Después de la Segunda Guerra Mundial, México es el país que
más residentes arribó a Estados Unidos, al estimarse que al cierre de 2015
llegó a los 11.6 millones de personas, superando por mucho a los provenientes
de India y China. De los 10 países que más gente manda a la unión americana hay
cinco naciones de Latinoamérica y cinco de Asia. Pero este panorama está
cambiando. Por el número de habitantes que residen en EU, se pensaría que
México es el más gente manda, pero no es así. En la primera década de este
siglo el mayor flujo de personas provenía de México, solo del año 2000 y hasta
2010 entraron 2.5 millones de mexicanos; sin embargo, entre 2011 y 2015 se
observa una reducción neta de poco más de 67 mil personas. En su lugar, India
se convirtió en los últimos cinco años en el que más gente manda. En los
últimos cinco años han ingresado de ese país 2.2 millones de personas.
Ahora México enfrenta un dilema. Una gran caravana de
migrantes, sobre todo proveniente de Honduras, está cruzando el territorio
nacional, con la mira de llegar a Estados Unidos. El gobierno norteamericano
presiona al nacional para detenerlos y este lo hace a cuenta gotas. Ante la
presión de la opinión pública el gobierno mexicano ha dado algunas facilidades
y una parte va avanzando. Lo sorprendente es que los migrantes son abastecidos
con comida y agua por los mexicanos con los que se encuentran a su paso. No es
la primera vez, se ha conocido de personas y agrupaciones que lo han hecho
desde siempre, extendiendo ese laso de solidaridad y no de xenofobia., como en
otras partes del mundo y principalmente de un sector de la población
norteamericana, incluyendo a su gobernante.
Los gobiernos de las principales naciones más poderosas
económicamente se hacen de la vista gorda y en vez de buscar alternativas para
coadyuvar a los gobiernos de esas naciones desfavorecidas o en conflictos
militares, buscan detener esos oleajes o confinan a los migrantes en galerías o
pabellones o de plano los hacen retornar a su país de origen. En aquellos países
donde existen conflictos bélicos, en gran parte han sido provocados por la
avaricia de las potencias económicas y militares que pretenden controlar
regiones con potenciales petroleros o por cuestiones de aparente “seguridad
Nacional”.
¿Qué pasa si esa caravana logra llegar a la frontera? Por un
lado, es un triunfo de una población que busca llegar a esa nación considerada
como el paraíso económico y que pone en tela de juicio a este aparente mundo
civilizado. Por otro lado a un gobierno norteamericano que usará toda la fuerza
militar de que dispone para detener la caravana. No habrá ni siquiera un gesto
de humildad o generosidad de ese gobierno para buscar una alternativa a esos
migrantes en su propio país. El gobierno mexicano por lo pronto ha pedido a los
migrantes que reciban asilo y se queden a vivir en el país. Es lo mínimo que se
puede hacer. Ese gesto de solidaridad no es nuevo; antes arribaron españoles,
luego muchos centro y sudamericanos que huyeron de las dictaduras de sus país.
Veremos que sucede al tiempo.
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