Actos de fe
Prócoro Hernández Oropeza
Es común escuchar a las personas decir: no tienes fe, hombre
de poca, sin fe no hay avance, con fe puedes mover una montaña, tiene una fe
ciega, y así por el estilo. La fe (del latín fides) es la seguridad o confianza
en una persona, cosa, deidad, opinión, doctrinas o enseñanzas de una religión.
En otro plano se puede definir como la creencia que no está sustentada en
pruebas, sino en la certeza de que algo superior a nuestros designios puede ayudarnos
a lograr algo, no como un simple acto voluntarioso, sino con una convicción y
certeza en lo que se cree.
En el budismo, la fe (pali: Saddhā, sánscrito: Śraddhā) es
un componente importante de las enseñanzas de Gautama Buda. Sus palabras se
registraron originalmente en el lenguaje pali y la palabra saddhā se traduce
generalmente como fe. En sus enseñanzas, el saddhā a veces se describe como: Una
convicción de que algo es. Una determinación de lograr las metas personales. Una
sensación de dicha, producto de los dos anteriores.
La fe en el budismo se centra en el entendimiento de que
Buda es un ser Despierto, en su papel superior como maestro, en la verdad de su
Dharma (enseñanzas espirituales) y en su Sangha (comunidad de seguidores con
desarrollo del espíritu). La fe en el budismo puede resumirse como aquella en
las Tres Joyas: el Buda, el Dharma y el Sangha. Esta tiene el propósito de
conducir a la iluminación, o bodhi, y el Nirvana. Volitivamente implica una
decisión resoluta y valiente. Combina el propósito firme y la autoconfianza de
que se podrá lograr lo que se desea.
La fe en el cristianismo se basa en la obra y enseñanzas de
Jesús de Nazaret. El cristianismo declara no caracterizarse por la fe, sino por
el objetivo de la fe. En lugar de ser pasiva, la fe conduce una vida activa
alineada con los ideales y ejemplo de vida de Jesús. Es la fe la certeza de lo
que se espera, la convicción de lo que no se ve. Santo Tomás ponía énfasis que
la fe es la unión entre la voluntad y el pensamiento. Sí, porque se busca la fe
para realizar u obtener algo y para ello la mente juega un papel crucial. Lo
que se quiere o desea debe expresarse verbal o mentalmente primero, luego poner
la intención de lograrlo. Por ello Santo Tomás sostenía que «La fe es retener por
seguramente verdaderas ciertas afirmaciones intelectuales, bajo el influjo y la
adhesión de la voluntad». La fe también se apoya en la confianza, primero en
uno mismo y también o simultáneamente en algún dador, Dios o una persona, que
al final lo que se obtiene por la fe es producto de nuestro Dharma o buenas
acciones.
Otra vez vuelvo a recurrir a los poetas para que, con sus
profundos versos, nos expliquen esto de la FE. Y para rendirle otro homenaje a
Amado Nervo en el aniversario de su nacimiento (27 de Agosto de 1870)
transcribo este bello poema: El milagro y más abajo, todo del cantautor cubano
Pablo Milanés, aunque ahí muestra su fe en su patria: Cuba, en su revolución.
El
milagro
Amado Nervo
¡Señor, yo te bendigo, porque tengo esperanza!
Muy pronto mis tinieblas se enjoyarán de luz...
Hay un presentimiento de sol en lontananza;
¡me punzan mucho menos los clavos de mi cruz!
Mi frente, ayer marchita y obscura, se levanta
hoy, aguardando el místico beso del Ideal.
Mi corazón es nido celeste, donde canta
el ruiseñor de Alfeo su canción de cristal.
... Dudé ¿por qué negarlo? y en las olas me hundía
como Pedro, a medida que más hondo dudé.
Pero tú me tendiste la diestra, y sonreía
tu boca murmurando: ¡hombre de poca fe!
¡Qué mengua! Desconfiaba de ti, como si fuese
algo imposible al alma que espera en el Señor;
como si quien demanda luz y amor, no pudiese
recibirlos del Padre: fuente de luz y amor.
Mas hoy, Señor, me humillo, y en sus crisoles fragua
una fe de diamante mi excelsa voluntad.
La arena me dio flores, la roca me dio agua,
me dio el simún frescura, y el tiempo eternidad.
¡Señor, yo te bendigo, porque tengo esperanza!
Muy pronto mis tinieblas se enjoyarán de luz...
Hay un presentimiento de sol en lontananza;
¡me punzan mucho menos los clavos de mi cruz!
Mi frente, ayer marchita y obscura, se levanta
hoy, aguardando el místico beso del Ideal.
Mi corazón es nido celeste, donde canta
el ruiseñor de Alfeo su canción de cristal.
... Dudé ¿por qué negarlo? y en las olas me hundía
como Pedro, a medida que más hondo dudé.
Pero tú me tendiste la diestra, y sonreía
tu boca murmurando: ¡hombre de poca fe!
¡Qué mengua! Desconfiaba de ti, como si fuese
algo imposible al alma que espera en el Señor;
como si quien demanda luz y amor, no pudiese
recibirlos del Padre: fuente de luz y amor.
Mas hoy, Señor, me humillo, y en sus crisoles fragua
una fe de diamante mi excelsa voluntad.
La arena me dio flores, la roca me dio agua,
me dio el simún frescura, y el tiempo eternidad.
ACTO DE FE
Pablo Milanés
Creo en ti,
como creo cuando crece
cuanto se siente y padece
al mirar alrededor.
Creo en ti,
y me alegro que el mañana
a través de mi ventana
nunca sea igual que hoy.
Creo en ti,
porque dándome disgustos
o queriéndome mucho
siempre vuelvo a ti.
Creo en ti,
lleno de contradicciones
presto a soluciones
siempre creo en ti.
Creo en ti,
porque nada hay más humano
que prenderse de tu mano
y caminar creyendo en ti.
Creo en ti,
como creo en Dios
que eres tú, que soy yo,
en ti, Revolución.
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