Los avataras



Prócoro Hernández Oropeza

En la tradición hindú cuando se refieren a personas ilustres o personas que han encarnado a una divinidad se les llama Avatar. Es la manifestación corporal de una deidad, puede ser de Visnú, una de las manifestaciones de Brahma o el Gran Padre, el omnisciente, el Dios padre. Avatar proviene del sánscrito avatâra, que significa ‘descenso o encarnación de un dios’. En este sentido, el hinduismo concibe al avatar como ser divino que desciende a la tierra en forma de persona, animal o de cualquier otro tipo de cuerpo, con la finalidad de restablecer el dharma, o ley divina, y salvar al mundo del desorden y la confusión generada por los demonios. Así, la deidad Visnú, por ejemplo, ha tenido muchos avatares, y, según los hindúes, ha sufrido muchas encarnaciones.

No sólo en India han encarnado avataras, esas divinidades o encarnaciones de Dios, mensajeros se han manifestado en las diferentes culturas en diferentes tiempos. Entre los pueblos precolombinos, concretamente en lo que hoy es nuestro país, surgió otro avatar llamado Quetzalcóatl, lo mismo en Egipto, en China, en Perú y en otras culturas.

Por su parte, en otras religiones también se utiliza este término recordando las encarnaciones de otras deidades. En Occidente, en la religión Católica está Jesús, el gran Cristo, que vino como una emanación de Dios para la salvación de la humanidad de ese tiempo. En este sentido, avatar es todo espíritu que ocupa un cuerpo terrenal y es una manifestación divina en la tierra.

Los Avataras aparecen por razones especiales en circunstancias especiales. Siempre que hay mucha injusticia, y predominan la confusión y el desorden debido a la irrectitud frustrando el buen progreso de la gente, siempre que se rompe el equilibrio de la sociedad por la presencia de seres egoístas, despiadados y crueles, siempre que la irreligión y el Adharma prevalecen, siempre que se socavan los cimientos de las organizaciones sociales, los Avataras aparecen para restablecer el Dharma y restaurar la paz.

Un Avatara es un descenso de Dios para el ascenso del hombre. Son rayos de luz que descienden sobre la tierra con poderes muy grandes para mantener la armonía del universo. La obra y las enseñanzas de los Avataras producen una influencia espiritual benigna sobre los seres humanos y los ayudan en su desarrollo divino y en el logro de la experiencia del Ser.

El Avatara viene para revelar la naturaleza divina en el hombre y lo hace superar la vida materialista insignificante de pasión y egoísmo. Cada uno de esos grandes cristos o avataras han legado mapas para el retorno a casa a través de su ejemplo y enseñanza, misma que se ha plasmado en libros sagrados, en verdaderas enseñanzas de luz, amor, esperanza y virtudes. Como ejemplos están el Bhagavad Gita, el Corán, la Kábala hebrea, La Biblia, entre otros.

También existen grados de avataras o cristos. Las manifestaciones más grandes son llamadas Avataras propiamente dichos. Los Avesha, Amsha (parciales) y Kala Avataras, los Rishis, Munis, profetas, mesías y mensajeros de Dios son manifestaciones menores. En la tradición cristiana se mencionan a diversos profetas que tenían conversación con Jehová o con el gran Padre. Estas divinidades menores tienen la función de predecir, manifestar o preparar las condiciones para la llegada de ese Avatara. Cuando arriba Jesús, algunos pensaban que el elegido era Juan el Bautista, pero él mismo le devela, luego de que bautiza a Jesús. Y en algunos casos, los poderosos o los gobiernos de la tierra, al verse amenazados tratan de obstaculizar su llegada y en algunos casos como con Jesús y Krishna, matan a los niños que nacieron en la fecha predicha para la llegada del Avatara. Pero son protegidos y asistidos por ángeles, arcángeles y otras potestades.

Los Avataras vienen generalmente con sus compañeros favoritos. El Señor Rama vino con Lakshmana, Bharata y Shatrughna. El Señor Krishna vino con Balarama, los Devas y los Rishis. Sanaka vino con Sanandana, Sanat Kumara y Sanatana. Jesús vino con Juan el Bautista, él llegó antes a preparar su llegada y sus doce apóstoles, que no fueron escogidos al azar. En un libro apócrifo llamado Phistis Sophia, una biblia gnóstica, que fue escrita después de que Jesús murió. Él regresó y estuvo asistiendo a sus apóstoles un poco más de diez años y producto de sus enseñanzas es ese libro. En él cuenta que antes de que encarnara en la tierra depositó la semilla en los vientres de las madres de Juan y los doce apóstoles y en otros seres que fueron fundamentales en su vida.

Algunos como Shri Shankara y Ramanuja vienen como maestros y líderes espirituales. Otros, como Chaitanya, nacen para inculcar la devoción en los corazones de las personas e inclinar sus mentes hacia Dios. Los Avataras propiamente dichos como Krishna o Jesús vienen solamente cuando hay una catástrofe ampliamente extendida en la región y hoy en todo el planeta. ¿Acaso irá a venir un nuevo Avatara?


Comentarios

Entradas populares de este blog

De mil que me buscan

Los tres alimentos

El arquetipo del gato