El Yin y el Yang
Prócoro Hernández Oropeza
El hombre y la mujer son dos complementos necesarios; sin
ellos la progenie desaparecería porque más que la ciencia haya avanzado y se
intente crear vida artificial. Y si no desaparece imagínese a las nuevas
generaciones con hijos nacidos en probetas, con padres o madres que también han
modificado sus roles; el hombre que desea ser mujer o la mujer que desea el rol
de hombre. Sería una sociedad sin valores, deshumanizada y sin destino.
Se han realizado muchas películas futuristas donde se
proyectan sociedades de tales características. Una de ellas, cuyo título no
recuerdo, da fe de una sociedad donde las mujeres han desaparecido o eliminado.
Los hombres han sustituido a la mujer con mujeres robots que les preparan los
alimentos, la limpieza de la casa, la compañía
y por tanto les aportan satisfacción sexual.
En otros filmes pintan sociedades donde ya no existen hijos
o se ha prohibido la procreación de hijos o bien todos los nuevos críos
provienen de probetas con padres o madres desconocidas. Sí, la mujer es un
complemento del hombre; uno no puede existir sin el otro, pero la sociedad está
modificando esta ley de la naturaleza debido a modas, gustos, pero
fundamentalmente por una sexualidad deformada, que podríamos llamar
infrasexualidad. Esta verdad se hace cada día más patente en los medios de
comunicación y hasta los gobiernos y algunas iglesias lo reconocen y defienden.
Defienden lo que han llamado identidad de género, reconociendo a quienes por
cuestiones genéticas u hormonales, pero también por gustos han cambiado de
género.
Hace poco se celebró el Día Internacional de la Mujer, sí, que
bien. Vivan las mujeres, preciosas mujeres, pero con esos nuevos paradigmas el
papel de la mujer va quedar relegada con
el tiempo. Relegada en su papel de madre, en su rol como pilar de la familia.
Entendida la familia como la célula original de la vida social, donde el
individuo se prepara para su vida en la sociedad. Este núcleo familiar se hace
más complejo cuando aparecen los hijos, entonces la familia se convierte en un
ámbito en el que la crianza y socialización de los hijos es desempeñada por los
padres, con independencia del número de personas implicadas y del tipo de lazo
que las una.
De allí que, mientras mejor organizada esté la familia más
robusta sea, más sólida y favorable será la organización social. La familia
suele distinguirse en familia nuclear (dos adultos con sus hijos), la cual es
la unidad principal de las sociedades más avanzadas; familia extensiva, donde
el núcleo está subordinado a una gran familia con abuelos y otros familiares.
Pero, como decía, esta nueva realidad es adoptada por las
nuevas definiciones sociológicas, las nuevas verdades, que se dice, intentan
ser reflejo de esta sociedad cambiante, de tal suerte que describen a la
familia como la unión de personas que
comparten un proyecto vital en común, en el que se generan fuertes sentimientos
de pertenencia a dicho grupo, existe un compromiso personal entre sus miembros
y se establecen intensas relaciones de intimidad, afectividad, reciprocidad y
dependencia. Inicialmente se trata de dos adultos que concretan intensas
relaciones en los planos afectivo, sexual y relacional. Aquí ya no se habla de
mujer y hombre, dejan abierto a la imaginación o al entendido que pueden ser
hombre-hombre o mujer-mujer. Aquí se respeta a quien ha decidido cambiar de
género, pero ello no implica dejar de
hablar de las posibles consecuencias que esta moda causará en el futuro.
Todo esto deviene de una definición de lo que se ha llamado
identidad de género. Este término fue acuñado por un médico de la Universidad
John Hopkins de Baltimore, Estado Unidos, John Money. El médico psiquiatra
afirma que todos los seres humanos nacen neutros. Es decir, que el género es
una construcción que se hace y que no depende de las condiciones biológicas con
las cuales cada uno nace. Como parte de la idea que hombres y mujeres nacemos
neutros la sociedad es la que va a
marcar si somos hombres o mujeres. En esa medida si alguien cría a un niño como
niña sin que él se entere y sin que nadie se lo diga ese muchachito se va a
comportar como niña y al revés. Para comprobar su teoría trató a dos niños
gemelos canadienses que nacieron unidos. Al tratar de despegarlos uno de ellos
sufrió quemaduras en sus partes vitales, por lo cual el doctor Money vio la
oportunidad de comprobar su teoría. Le cortaron sus órganos masculinos y lo
cambiaron por femeninos y les dijo a los padres que lo trataran como niña; le
cambiaron de nombre y al final el resultado fue desastroso. Su carácter y sus
gustos siempre fueron de un varón y al crecer tuvieron que decirle la versad,
poco tiempo después los dos se suicidaron, primero el hermano que creció como
varón y al final al que creció como mujer. Con ello se demostró que la
identidad de género era una falacia, pero ha sido adoptada como una bandera
para defender a quienes deciden cambiar de sexo.
Por más que pretendan defender la idea de género, el hombre
es hombre y la mujer es mujer y son dos complementos necesarios y una maravilla
de la creación divina. Son el Yin y yang, dos conceptos del taoísmo que exponen
la dualidad de todo lo existente en el universo. Describe las dos fuerzas
fundamentales opuestas y complementarias, que se encuentran en todas las cosas.
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