El arquetipo del gato II
Prócoro Hernández Oropeza
El arquetipo del gato ha florecido en las diversas culturas
del planeta como un animal inteligente, astuto, hogareños, pero sin dejar de
lado sus rasgos de cazador y su independencia. También es agradecido con
quienes le alimentan y protegen y dicen las antiguas leyendas que protegen a
las familias de los ataques siniestros o de los oscuros en el mundo
astral. Son estoicos (nunca se quejan
aunque sientan dolor, aguantan como ningún otro ser vivo el dolor), silenciosos
y misteriosos.
Así, para los celtas el gato representaba el guardián del
otro mundo (o inframundo). El gato era el eterno compañero de los druidas,
hechiceros y magos del mundo celta. Sin embargo, el gato negro en la tradición celta se consideraba el
mal, y eran tristemente sacrificados. O en nuestra cultura se dice que son de
mal agüero. En la tradición occidental, que proviene del mundo celta el gato
negro ha sido asociado con la brujería. Esto se debe a que el negro se asocia
con los riesgos que se le suponen a la noche, y el gato se asocia con
la transformación al igual que el velo de la noche cambia nuestra percepción de
la realidad.
En realidad esas ideas son supersticiones. Yo poseo un gato
negro es un bello ejemplar, tan fino y educado, así como inteligente. Cuando me
siento a comer, sube sus manos a mi
pierna y luego con una da pequeños golpecitos en mi brazo, con lo cual me está
pidiendo de comer. Si está la puerta o la ventana cerrada y quiere salir a la
calle, me busca y me pide que le abra. No necesita hablar, simplemente con la
mirada de sus ojos o un maullido si no le hago caso.
Otro de los rasgos del gato es que ve en la oscuridad, se
desenvuelve bien en ella, ve perfectamente aún sin luna ni luz alguna, por
ellos es un animal lunar, y como tal se le atribuyen las propiedades de la
luna, la intuición, el misterio, lo espiritual, los sueños…
El gato es como una réplica en pequeño del puma. Se mueve
tan sutil y con mucho garbo y sus movimientos como cazador son idénticos a los
pumas. En la antigua Roma el gato era consagrado a Diana, la diosa de la luna.
Aquí el gato era considerado también como un guardián de casas y un símbolo de
la bondad interna. En la tradición
musulmana, el gato defiende con honor
a Mahoma de un ataque de una serpiente
feroz. En los países árabes se cree que la “M” marcada en la frente de muchos
gatos es la marca del profeta (“M” de Mahoma), por ello los gatos son animales
respetados y queridos por los árabes. Una amiga contó que un día se subió una
serpiente a su cama y le mordió, sus gatos corrieron y se la quitaron. Y a
veces estos animales cazan alguna
serpiente y la llevan a su dueño para que vean que no están sólo de holgazanes.
A las sierpes no se las tragan, sólo las matan.
En el antiguo Egipto los gatos eran sagrados y fueron
deidificados en la diosa lunar Bastet,
que era adorado por los antiguos egipcios. Los gatos eran tan queridos en la
casa, que también eran momificados con sus dueños, y cuando moría el gato de la
casa era un drama familiar. Muchos gatos se han encontrado momificados incluso
junto con algunos ratones para que comieran en el viaje al más allá. Los
egipcios respetaban muchísimo a los gatos, y se cuenta que perdieron una
batalla porque el enemigo portaba insignias de gatos y los egipcios se negaban
a atacarles por ello.
El gato a nivel simbólico representa la astucia, la
inteligencia, la timidez, el misterio, lo secreto, la intuición. Lo
sobrenatural. Se dice que los gatos captan señales de otros niveles que
nosotros los humanos somos incapaces de percibir. Otras de las características
de los gatos es la vigilancia, el ser selectivo y refinado, y la independencia,
pues es un animal que sabe bien cuidarse a sí mismo. Se dice también que el
gato es un limpiador natural de energías. Allí donde se posa un gato, está
limpiando toda energía mala, pues la transmuta en positiva de manera natural,
es por ello que en los hogares con gatos se respira cierta calma natural en el
ambiente, pues el gato constantemente equilibra la energía del hogar. Los gatos
ven cosas, perciben cosas, sienten algo que nosotros no vemos…y nos protegen.
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