La verdadera liberación
Procoro Hernández Oropeza
¿Qué es la libertad? De acuerdo a los diccionarios, la
libertad es la facultad y derecho de las
personas para elegir de manera responsable su propia forma de actuar dentro de
una sociedad y es un derecho humano básico. Otra acepción es ese estado o condición de la persona que es
libre, que no está en la cárcel ni sometida a la voluntad de otro, ni está
constreñida por una obligación, deber, disciplina, etc. En cuanto a la palabra liberación,
etimológicamente esta palabra proviene del latín "Liberatio" el cual
hace referencia al hecho de poner libre algo o alguien. Hablar de liberación
implica el rompimiento de las ataduras corporales y espirituales que le impiden
a cualquier individuo, animal o fenómeno natural la oportunidad de evolucionar.
Estas definiciones se refieren solamente a la libertad externa y en realidad
este tipo de libertad está muy condicionada. Un filósofo dice que tu libertad
termina donde empieza la de los demás. En realidad no poseemos una verdadera
libertad, existen otros opresores que nos mantienen en cautiverio, son nuestros
carceleros más terribles. Esos son los temibles y malvados yoes o egos, esa
sombra de los ángeles caídos que han entrado a nuestra psique.
Swami Sivananda sostiene que Moksha o liberación es el
súmmum bonum de la vida. Moksha es la realización del propósito de la vida. La
vida termina en este plano terrestre cuando alcanzas Moksha o la liberación del
nacimiento y la muerte. La realización de tu objeto real en la vida es la
libertad o Moksha. Moksha te concede la vida eterna de felicidad imperecedera y
alegría perenne. Moksha no es aniquilación. Moksha es la aniquilación
únicamente de estos agregados psicológicos o yoes. Moksha es la realización de
la identidad del alma individual con el Alma Suprema. Con la aniquilación de
estos yoes posees la totalidad de la verdadera universalidad, alcanzas una vida
eterna.
Moksha o liberación no debe considerarse como llegar a ser
algo que antes no existía. Moksha no es algo que deba ser logrado. Ya está
logrado. Todo es uno con lo Absoluto o Para Brahman, o Dios. Lo que se tiene
que lograr es la aniquilación del sentido de separación. Moksha es la
percepción directa de lo que ha existido desde la eternidad, pero hasta ahora
ha estado oculto a nosotros a causa del velo de la ignorancia. Moksha es el
logro de la Dicha Suprema o la Inmortalidad y la eliminación de todo tipo de
sufrimiento. Moksha es estar libre del nacimiento y la muerte.
En Oriente se afirma que nosotros estamos atados a la rueda
del Samsara, es decir a los ciclos de vida y muerte. El Samsara es este mundo
lleno de dolor y tristeza tal como lo conocemos. Todos los seres de este mundo
están sujetos a la ley del karma. Karma significa acto volitivo, es decir, algo
que uno hace, dice o piensa y que de hecho está bajo su control. La rueda del
Samsara son las 108 vidas que nos otorgan para que podamos evolucionar, si no
vencemos todos esos terribles defectos que tenemos en el transcurso de esas vidas
que nos otorgan, comienza la involución.
En la kábala egipcia es el reino de Malkut, el arcano 10 y
este es un filtro muy doloroso donde el ego va y viene, todo el mundo es
esclavo de esta rueda. En el Samsara o la rueda de la vida a cada ser humano se
le otorgan 108 existencias y terminado ese ciclo de vidas sucesivas, si no se
ha logrado la autorrealización intima del Ser, se desciende al reino mineral
para volver a comenzar desde cero hasta llegar a ser humanos y nuevamente
comenzar a trabajar en la autorrealización. Es conocida también como la rueda
de la evolución o la involución y seguirás atado a esta rueda si no realizas un
trabajo espiritual, dejando en claro que quien quiera liberarse de esta rueda tendrá
que eliminar todos los yoes para poder superar este ciclo de vidas. Esto es Moksha
o liberación.
Solo logrando la auto-realización, te liberarás de la rueda
de nacimientos y muertes y sus males concomitantes. El objetivo de la vida es
lograr la bienaventuranza final o Moksha. Moksha se puede lograr mediante la
meditación constante con un corazón que se ha vuelto puro y estable a través
del servicio desinteresado. Con pensamientos divinas y emociones emanadas de
las virtudes y por supuesto con acciones virtuosas y compasivas.
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