El mundo es una ilusión II
Prócoro Hernández Oropeza
Ultima parte
Si nuestro Ser es inmortal por qué nos preocupamos por el
tiempo, por los años, los siglos o los milenios. No sabemos cuántas vidas hemos
vida, en cuántos cuerpos hemos llegado, en qué mundos o países hemos vivido
antes. Es un misterio, misterio que para muchos es ficción. No lo es para
aquellos grandes maestros, Rishis, yoguis, turkus que pueden recordar sus vidas
pasadas. Estas vidas se pueden recordar a través de la meditación, experiencias
con enteógenos, en los sueños o con hipnosis.
Estima Sivananda que el tiempo es concebido como un modo de
la mente. El tiempo es una creación mental. El tiempo es un truco o juego de
manos de la mente. El tiempo también es una ilusión. Brahman, Dios, está más
allá del tiempo. Es la eternidad. Hay un tiempo local. Si son las 12 en Madrás,
son las 12.23 en Calcuta. La 1 en Rangún, la 1.30 en Singapur, las 6.30 en
Londres, las 12.30 en Chicago y la 1.30 en Nueva York. ¿Qué es todo esto? No
hay uniformidad. ¿No indica esto que el tiempo es una creación de la mente? Por
ello los maestros indican que te vayas más allá del tiempo y descansa en el
Brahman, en el Dios atemporal, eterno e imperecedero.
Cuando entras en meditación profunda el tiempo y el espacio
desaparecen, en esas dimensiones donde la mente se quieta, entras en contacto
con la eternidad. Mañana se convierte en hoy y hoy se convierte en ayer. El
futuro se hace presente y el presente se vuelve pasado. ¿Qué es todo esto? Es una
creación o un truco de la mente solamente. Cuando se entra en un estado de
conciencia transpersonal, a otras realidades ahí no hay espacio ni tiempo, la
eternidad perene, la felicidad eterna, el éxtasis divino.
En Brahman, en Dios no hay ni dentro ni fuera, ni virtud ni
vicio, ni placer ni dolor, ni bueno ni malo. Es una esencia homogénea de
bienaventuranza y conocimiento, donde no hay juego de la mente, ni tiempo ni
espacio, ni Oriente ni Occidente, ni pasado ni futuro, ni jueves ni viernes.
Sostiene Sivananda que en el sol no hay ni día ni noche, ni
ayer ni mañana. La mente ha creado el tiempo y el espacio. Cuando eres feliz,
el tiempo pasa rápidamente; cuando eres infeliz el tiempo se hace pesado. Este
es sólo un mundo relativo. La teoría de la relatividad de Einstein arroja mucha
luz sobre la naturaleza de Maya y este mundo. ¿Cómo se manifiesta el espacio en
el Brahman sin espacio? ¿Cómo vienen a la existencia el este, el oeste, el
norte y el sur? Esto es también una creación o un truco de la mente.
El movimiento es una ilusión. Detrás de los objetos que se
mueven, está el Atman o Brahman absolutamente inmóvil. ¿Adónde podría moverse
Brahman, cuando Él es omnipresente e infinito?
Si retiras tu atención no hay sonido. El sonido también es
una creación mental. Cuando la mente está conectada con el órgano de la
audición, hay sonido. Cuando el oído es retirado de su objeto o cuando la mente
se desconecta del oído, no hay sonido. El sonido es un truco de la mente y el
oído. Lo mismo ocurre con el color y la forma. Es sólo la mente la que crea un
mundo. Si matas a esta mente que crea la ilusión, no habrá mundo para ti.
Si hay mente habrá este universo. No hay funcionamiento de
la mente durante el sueño profundo. Así que no hay mundo. Cuanto más piensas en
los objetos, más real te parecerá este mundo. La concepción de la realidad del
universo se acrecentará si piensas en los objetos de los sentidos muy a menudo.
Finalmente el maestro Sivananda recomienda que te encierres en
una habitación durante un mes. Deja de leer periódicos. La lectura de
periódicos revive los samskaras o impresiones del universo, agita la mente, te
hace emocional y sentimental y aumenta la inquietud de la mente. Te hace
olvidar a Dios y te muestra que este mundo ―una mera apariencia― es la única
realidad. Ten dos habitaciones, una para el estudio y la meditación y otra para
el aseo y la comida. Nunca salgas de la habitación. Pasa el tiempo en el
estudio y la meditación. No tengas correspondencia con nadie. Corta todas las
conexiones. Ahora mira a ver si existe el mundo. Por lo menos no ejercerá una
impresión tan profunda como lo hacía antes. Si continúas con tu meditación y
descansando en el Ser, este mundo desaparecerá por completo. Será como un
sueño. No tendrá ningún atractivo para ti.
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