El carnaval, los bacanales y las saturnalias I
Prócoro Hernández Oropeza
En estos días se acaba de celebrar el famoso carnaval y es festejado
en distintos países y regiones con diferentes rituales y parafernalias, muy
distinto a como se celebraba en las antiguas tradiciones. Hoy se ha convertido
en una fiesta altamente erótica, de gran libertad o incluso libertinaje y “un
período de permisividad y cierto descontrol” que puede llegar hasta el
desenfreno, la exageración, alcohol, drogas, bromas, el desafío y hasta los
insultos.
El carnaval que se celebra en países de tradición cristiana,
en general dura 3 días y comienza según diferentes costumbres justo antes de la
cuaresma, el jueves anterior al miércoles de ceniza (llamado jueves grasso en
Italia, cuando hay que consumir alimentos ricos en grasa que simbolizan el
renacimiento de la vitalidad). En otros pueblos alejados de los ritos
religiosos, también festejan el carnaval pero como celebración más popular,
generalmente todos los fines de semana del mes de febrero a veces extendiéndolo
hasta principios de marzo.
Los vestigios del Carnaval, se pierden en la noche de los
siglos. Así, en la antigua Roma, se celebró la fiesta de invierno (Saturnalia)
y las fiestas en honor a Baco, el dios del vino (las Bacanales) y las
lupercales. En la Grecia clásica fueron famosas las celebraciones de las
Dionisíacas. En el antiguo Egipto, existieron también las celebraciones en
honor al buey Apis. Es indudable, que los orígenes de estas celebraciones, son
antiquísimos y que en muchos casos, se asocien al tiempo comprendido entre la
fiesta de Navidad y la llegada de la Primavera.
Los historiadores han encontrado reminiscencias de la fiesta
del Carnaval, en la antigua Sumeria, Babilonia y Asia Menor. Así se habla de la
fiesta de “Las Purullivas”, una antiquísima celebración de la primavera por
parte de los hititas o hebeos, un pueblo antiguo de la región de Anatolia, en
la actual Turquía. Dicha celebración, ocurría hasta la época de las flores y el
amor.
En la ciudad de Menphis, en el antiguo Egipto, se hacía una
fiesta en honor del buey Apis, poco tiempo antes de la llegada de la primavera.
Durante la fiesta, se adornaba al buey Apis, con guirnaldas de flores y se le
ofrendaba trigo y frutos. Esta y otras fiestas, se celebraban en la luna nueva
o llena. Esta celebración se realizaba cuando nacía un nuevo buey Apis.
Primero, los sacerdotes salían en su búsqueda, luego al encontrarlo, lo
conducían a Heliópolis. Ahí permanecía cuarenta días y finalmente, lo trasladaban
en una balsa dorada a Menphis. En algunas ocasiones especiales, se le paseaba
en las calles para que el pueblo le rindiera culto. Cuando moría, era un día de
luto y una fiesta fúnebre en todo Egipto.
A inicios de febrero, los antiguos celtas en Irlanda,
Escocia y Escandinavia, celebraron el Imbolc, festividad que indicaba que, por
esa fecha, el Sol se encontraba a mitad del camino entre el Solsticio de
invierno y el Equinoccio de primavera. Para entonces, los días son cada vez más
largos y se anuncia la proximidad de la primavera y con ella se anuncia que
está por venir
En la Grecia clásica, hubo celebraciones en honor al dios
del vino: Dionisos. Fueron las Dionisíacas. En la antigua Roma, las
Dionisíacas, se denominaron: Bacanales, ya que para los romanos, el dios del
vino recibía el nombre de Baco. Con el correr del tiempo, las Bacanales,
degeneraron y los asistentes bebían vino hasta perder la conciencia. Se
organizaban orgías y las “Bacantes” se entregaban a toda clase de excesos.
También existieron las Lupercales en honor a fauno Luperco, quien convertido en
loba, amamantó a Rómulo y Remo. Estas fiestas se celebraban a mediados de
febrero. La festividad iniciaba con el sacrificio de una cabra, que nos
recuerda al Macho Cabrío de la ciudad de Mendes en el antiguo Egipto. Al
degenerarse esta fiesta, abundó la euforia, el frenesí y el desenfreno.
Entre las diferentes fiestas romanas de carácter público y
religioso, se organizaban procesiones multitudinarias en las que los
participantes portaban máscaras. Las Saturnales (del latín: Saturnalia),
también recordadas como las “fiestas de los esclavos”; contenían elementos, que
hoy corresponden en algunos casos a las tradiciones de Navidad y en otros al
Carnaval. Las Saturnales, se festejaban a comienzos de año y como en su
etimología se infiere, en honor al dios Saturno. También se realizaban en
celebración de grandes triunfos militares. Los carnavales modernos no distan
muchos de esa degeneración en que acabaron las
fiestas saturnales y los bacanales. De hecho en Mazatlán, donde se
celebra esta fiesta en grande, dicen que en esa fecha el malecón se convierte
en la cantina más grande del mundo. Y existe el dicho que después de nueve
meses muchas mujeres paren hijos, producto de esos desenfrenos. (Continuará)
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