Los pensamientos negativos II
Prócoro Hernández Oropeza
En la segunda ley de Hermes Trismegisto, denominada
Principio de Correspondencia, sostenía que "Como es arriba es abajo, como
es abajo es arriba". Este principio explica que siempre hay una
correspondencia entre las leyes y los estados del ser. Hay planos que no
conocemos, pero cuando aplicamos esta ley empezamos a comprender su mecánica.
Indica que el ser puede tener relación con los planos inferiores, pero no puede
identificar los superiores. Por ejemplo, el ser humano tiene relación con las
plantas y los animales, los cuales son de un plano inferior, pero ellos no
tienen conciencia de nuestra vida, aunque pudieran interrelacionarse
directamente con nosotros, como en el caso de un animal.
"Como es arriba, es abajo" indica que por ejemplo
una hormiga se organiza, trabaja, tiene un sitio donde vivir, busca una
sociedad para vivir, etc. Hacer todo esto de una manera rudimentaria y sin
ninguna conciencia, es solamente instintivo.
Los seres humanos realizamos la misma actividad, pero con
conciencia de ello y con un campo de acción mucho más amplio. Por ignorancia o
desconocimiento nosotros no tenemos conciencia de los planos superiores.
Sabemos que existen otras dimensiones, o cuando menos lo intuimos pero no hemos
tenido la oportunidad de experimentarlos. Los ángeles por ejemplo, estando en
un plano superior al nuestro, también trabajan sirviendo a la humanidad, pero
es una labor muchísimo más sutil de la cual nosotros no tenemos real
conciencia, aunque sepamos de su existencia, porque no hemos tenido la
experiencia vivida.
Los antiguos maestros, los sabios han hablado de la
existencia de otras dimensiones más sutiles o superiores y se supone que
nosotros somos el reflejo de lo que es arriba. Jesús afirmó que nosotros somos
hijos de un creador, fuimos hechos a su imagen y semejanza, por lo tanto
deberíamos poseer sus mismas potestades o poderes. Sólo pocos han logrado hasta
hoy demostrar esas posibilidades, tales como volar, realizar milagros, pasar de
una dimensión a otra, o irse con su cuerpo o con todos sus cuerpos cuando
desencarnan.
El gran alquimista Paracelso afirmó que "Por cada
estrella en el cielo hay una estrella en el hombre". Otro sabio, Aleister Crowley sentenció:
"Todo hombre y toda mujer es una estrella". Somos un microcosmos,
somos el reflejo de todo lo que existe en el universo. Este es el misterio que
nos desvela o sugiere la compañía inmanente del cielo.
El Principio de Correspondencia es uno de los más importantes,
ya que nos ayuda a comprender la organización del Universo en los diversos
planos: mental, material y espiritual. Y por tanto es una Ley Universal. De ahí
la pregunta: ¿Es el cuerpo un espejo del Universo? Desde la antigüedad, el
hombre ha Creído ver en el cielo un orden que se refleja en la tierra y en su propio
cuerpo.
Lo que está abajo es como lo que está arriba, y lo que está
arriba es como lo que está abajo, para consumar el milagro de la Unidad. Algo
que comúnmente se resume en "como es arriba, es abajo" En otras
palabras Proclo expresó, en su comentario del Timeo de Platón: “El hombre es un
pequeño mundo (mikros cosmos), ya que, como el universo mismo, posee tanto
mente como razón, tanto un cuerpo divino como un cuerpo mortal. Está dividido
en concordancia con el universo".
Esta ley de Correspondencia también sentencia: Como es
adentro es afuera. Esto significa que de acuerdo a mis pensamientos, a mi
estado interior es lo que voy a atraer. El hombre está sujeto a su mundo por
una simpatía de similitud. Aunque el cuerpo humano es menor en magnitud que el
mundo, es similar en el arreglo de las partes. A través de esta similitud
ciertos vínculos se mantienen y debido a esta simpatía mística la energía
universal fluye dentro del hombre y hacia su vida objetiva. Los cabalistas
llamaron al hombre "Espejo del Universo". Si mis pensamientos y
emociones, mi estado interior es de celos, ira, ignorancia, sufrimiento, miedo,
egoísmo, avaricia, eso mismo voy a atraer, ley de correspondencia. Voy a
atraer, personas o eventos donde se presentan este tipo de manifestaciones. Si
por el contrario, mi estado interior es de paz, armonía, amor, compasión,
felicidad, atraeré a personas y situaciones de esa naturaleza, ley de
correspondencia. Atraeré personas amorosas, amables, honestas, íntegras,
compasivas porque ellos son mis espejos.
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