Como tú, León Felipe


Prócoro Hernández Oropeza

Nadie fue ayer
 
Nadie fue ayer,
ni va hoy,
ni irá mañana
hacia Dios
por este mismo camino
que yo voy.
Para cada hombre guarda
un rayo nuevo de luz el sol...
y un camino virgen
Dios.
El gran poeta León Felipe me inspiró de joven por su poesía sencilla pero a la vez muy profunda, como se ve en el poema anterior. En pocas líneas describe cómo cada persona debe encontrar su camino, su camino a Dios. Sobre todo ese poema, Los vencidos, donde devela al héroe cansado, derrotado que pide a gritos subir a la grupa del mítico caballero don Quijote de la Mancha:

Por la manchega llanura
se vuelve a ver la figura
de Don Quijote pasar.

Y ahora ociosa y abollada va en el rucio la armadura,
y va ocioso el caballero, sin peto y sin espaldar,
va cargado de amargura,
que allá encontró sepultura
su amoroso batallar.
Va cargado de amargura,
que allá «quedó su ventura»
en la playa de Barcino, frente al mar.
Por la manchega llanura
se vuelve a ver la figura
de Don Quijote pasar.
Va cargado de amargura,
va, vencido, el caballero de retorno a su lugar.
Ponme a la grupa contigo,
caballero del honor,

Ponme a la grupa contigo, y llévame a ser contigo pastor, le dice el poeta al Quijote porque este mundo convulso, lleno de amargura, con la armadura abollada y con una carga de amargura quiere redimirse y ser sólo un humilde pastor, pastor de ovejas, de ovejas descarriadas.
Aunque León Felipe nació en la provincia de Zamora, España el 11 de abril del año 1884 se trasladó a México, donde desempeñó labores de bibliotecario en Veracruz antes de ser agregado cultural de la embajada española y profesor de literatura en diversas universidades americanas. Al estallar la Guerra Civil española se encontraba en Panamá, desde donde regresó a España para apoyar la causa republicana. En 1938 se exilió definitivamente en México donde vivió prácticamente toda su vida y falleció el 18 de septiembre de 1968. Perteneció a una familia adinerada y con influencias, y su trayectoria profesional no comenzó específicamente por la literatura; se licenció como farmacéutico y viajó por diversas partes de su país ejerciendo dicha profesión, mientras exploraba su faceta de actor teatral. Como es de suponerse, esta dualidad no le generó otra cosa que una inestabilidad económica que representó un obstáculo para dedicarse a su vocación. Más adelante, cuando había cumplido los 35 años de edad, dio sus primeros pasos por la lírica, en una época en la que residía en la capital española
Su producción poética incluye los títulos "Versos y oraciones de caminante", "Drop a star", "¿Qué se hizo del rey don Juan?" y "Como tú...". Por otro lado, tenemos sus dramas "La manzana" y "El juglarón". Cabe mencionar que realizó una importante labor de traducción de poemas de Walt Whitman y de adaptación de obras shakespearianas.
En otro poema, titulado “Con las piedras sagradas” de los templos caídos, que puede referirse a los templos de la sabiduría que han sido profanados, derruidos por los devotos de la ignorancia y la soberbia, la estulticia y el desamor. Pero de esas piedras, los picapedreros con sus martillos hicieron grava y esa grava cubre el asfalto negro y viscoso de los pesimismos. De esa mezcla extraña se han construido calzadas y caminos de esperanza.

Con las piedras sagradas

Con las piedras sagradas
de los templos caídos
grava menuda hicieron
los martillos
largos
de los picapedreros analíticos.
Después,
sobre esta grava, se ha vertido
el asfalto negro y viscoso
de los pesimismos.
Y ahora... Ahora, con esta mezcla extraña,
se han abierto calzadas y caminos
por donde el cascabel de la esperanza
acelera su ritmo.

Y en este siguiente poema, “Como tú”, describe fehacientemente su naturaleza, su humildad y a la vez grandeza.
Como tú

Como tú
Así es mi vida,
piedra,
como tú. Como tú,
piedra pequeña;
como tú,
piedra ligera;
como tú,
canto que ruedas
por las calzadas
y por las veredas;
como tú,
guijarro humilde de las carreteras;
como tú,
que en días de tormenta
te hundes
en el cieno de la tierra
y luego
centelleas
bajo los cascos
y bajo las ruedas;
como tú, que no has servido
para ser ni piedra
de una lonja,
ni piedra de una audiencia,
ni piedra de un palacio,
ni piedra de una iglesia;
como tú,
piedra aventurera;
como tú,
que tal vez estás hecha
sólo para una honda,
piedra pequeña
y
ligera...

Aquí nos describe esa búsqueda de sencillez y humildad, cero arrogancia, un ser que fluye libre por la pradera. 

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