Los estados interiores


Prócoro Hernández Oropeza
Nuestra vida se desenvuelve en diferentes esferas y cada día enfrenta diversas situaciones, algunas agradables, exitosas, amorosas, otras de sufrimiento, dolor, angustia o fracaso. Dependiendo de nuestro estado interior es como las enfrentamos o resolvemos, puede ser con éxito, en amor y sin sufrimiento o golpeados por esos oleajes de la vida.
Nuestros estados interiores también están correlacionados con nuestros estados de conciencia. Si mi conciencia es de lo más bajo, con menos del tres por ciento de conciencia desarrollada, me veré golpeado por cada uno de los eventos del exterior. En nuestro estado interior se encuentran las preocupaciones, angustias, depresión, superstición, miedo, sospecha, dudas, la auto consideración o bien estados de satisfacción, gozo, felicidad, sabiduría. Dependiendo de ellos se va a definir la manera en cómo enfrentamos esos eventos exteriores. Si mi estado de ánimo es de miedo, depresión, ira, intolerancia, insensatez, así, con ellos, responderé a cada evento o situación proveniente del exterior.
Un hombre que ha trabajado internamente y ha desarrollado un poco de conciencia, ha empezado a despertar del letargo en que ha estado, puede combinar sabiamente los estados interiores con los acontecimientos exteriores. Como la mayoría de la gente desconoce esta verdad vive en el sufrimiento y cada vez que le ocurre algo negativo, como por ejemplo que le despidieron del trabajo será atrapado por el miedo, la ira, o la angustia y perderá energía inútilmente. Pensarán que la suerte no les favoreció y han perdido la oportunidad de ser felices.
Lamentan lo perdido, afirma el maestro Samael Aun Weor en su libro Psicología Revolucionaria, lloran lo que despreciaron, gimen recordando los viejos tropiezos y calamidades. No quieren darse cuenta que vegetar, vivir con una conciencia ordinaria, no es vivir  otros, aunque viven en abundancia, con un excelente trabajo y sueldo o grandes riquezas tampoco saben procesar esos eventos inteligentemente. Viven preocupados por su trabajo, su riqueza, posesiones o su estatus social.
Son pocas las personas que saben combinar conscientemente el evento interior con el exterior. Cuando yo dirigía un importante medio de comunicación de mi localidad, llegó el momento en que debía renunciar por diversas razones, principalmente porque ya no me satisfacían las condiciones de trabajo, las políticas de la empresa y algo superior me llamaba para hacer un cambio en mi vida. Al principio entró el miedo y el miedo, sino se sabe trabajar paraliza y en muchas ocasiones no nos permite avanzar, fueron dos meses en que estuve librando una batalla interior en contra de ese miedo. Cuando lo superé tomé la decisión y comunique mi renuncia a mi Jefe.
No haberlo hecho quizá seguiría en el mismo puesto pero con insatisfacción y resentimiento, principalmente contra mí por no haberme atrevido. Y como sostiene Samael Aun Weor, de no haber tomado esa decisión seguiría como esas personas que no solamente son infelices, sino que además y lo que es peor, hacen también amarga la vida de los demás. Los eventos desgraciados, reveses, fortunas, miseria, deudas, problemas, etc., son exclusividad de aquellas personas que no saben vivir.
Sólo quienes aprenden a combinar conscientemente los eventos exteriores y los interiores marchan por el camino del éxito, aquellos que ya no se identifican con los acontecimientos exteriores, sean agradables, felices o desagradables y míseros. Para ello se requiere un serio trabajo interior, un conocimiento profundo de quiénes somos realmente. Conocer nuestros defectos y virtudes, pero sobre todo eliminar a los estados equivocados o negativos que cargamos en nuestra psique. Cuando uno trabaja seriamente sobre los estados equivocados, los sucesos desagradables de la vida ya no nos pueden herir fácilmente. Aunque pueden existir situaciones muy violentas, terribles que no pueden ser modificadas; en estos casos deben aceptarse conscientemente, aunque sean peligrosas o muy dolorosas. Aceptarlas sin sufrimiento, sin dolor, ni angustia, entonces se podrán trascender y hasta evitar que su duración sea duradera o inevitable. Entender que muchas de nuestras situaciones desagradables fueron posibles gracias a estados interiores equivocados de esta u otras vidas.
Comprender que de la calidad de mis estados interior dependerá la calidad de mi vida, ya que  esta atraerá los eventos exteriores. Así que debemos poner orden en nuestra desordenada casa interior si deseamos cambiar el curso de una desagradable existencia. 
 


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