Cómo trascender el Kali yuga


El kali yuga, era negra
Prócoro Hernández Oropeza
Parte 1
Según el poema épico el Mahabharata, la era de Kali comenzó en la medianoche del duodécimo día de la guerra de Kurukshetra, la noche en que los dos ejércitos (kundavas y Pandavas) se negaron a detenerse al atardecer (para orar como era la tradición) y siguieron matándose en la oscuridad, hasta el amanecer. Sin embargo, debido a la presencia del dios Krishna en el planeta, el maléfico demonio Kali (que no hay que confundir con la diosa Kali) no pudo entrar con toda su fuerza hasta que Krishna ascendió al cielo.
Antes de morir Krishna, poco antes de que fuera asesinado por una flecha, sentenció que el Kali-yuga iba a comenzar y en esta nueva era los hombres serían malvados, mentirosos y egoístas, débiles de cuerpo, enfermizos y de corta vida. En síntesis, la civilización humana se degeneraría en el transcurso de la Kali Yuga. Es también conocida también como la “edad negra” porque durante este periodo la gente se encuentra tan lejos como sea posible de los dioses.
Todas las religiones hablan de la larga vida que tenían esos primeros habitantes del planeta, vivían en plena armonía, con larga vida y sin enfermedades. En el antiguo testamente cristiano se cuenta de que esos gentiles vivían hasta cerca de mil anos y esa humanidad estaba en contacto con las grandes divinidades como Jehová, el Señor de los Ejércitos o con arcángeles.
 En la mitología griega también se cuenta que antes de que se revelarán los hombres a los dioses o que Prometeo robara el fuego a los dioses (aquí el fuego es el conocimiento, el libre albedrío, muy semejante al fruto del árbol del bien y del mal en la Biblia), esa humanidad vivía libre de la muerte y las enfermedades. Entonces, en respuesta, Zeus envía a Pandora con su caja misteriosa, la que al ser abierta se esparcen todas las desdichas que ahora aquejan a esta humanidad doliente. Todas las culturas hablan de que en tiempos muy remotos los dioses caminaban en la tierra entre los hombres. O sea (esotéricamente interpretado) que los seres muy evolucionados que han desarrollado plenamente la divinidad en ellos, estaban en contacto directo con los humanos, mientras que ahora los hombres se quejan de no tener encuentros con los seres de luz.
Vivimos ahora en la edad oscura o negra, plagada de  desdichas, ira, egoísmo, agobios, estrés, violencia,  corrupción, intolerancia, arrogancia y mucho sufrimiento. Dicen los maestros que esta es la edad del vicio caracterizada en el Mahabharata por gran avance material pero con oscuridad espiritual. La gran teósofa Petronila Blavatsky afirma: « La Kali Yuga es la edad oscura y nefasta durante la cual el mundo expía los pecados [el karma] de las tres Yugas precedentes. »
Los hindúes afirman que al primer momento de la Kali Yuga hubo una conjunción de planetas. Debido a que la Kali Yuga, nuestra actual edad es profundamente materialista y solo una parte de la Verdad prevalece entre la humanidad, se le llama edad negra llena de horrores; sin embargo, su vertiginosa velocidad le permiten a uno hacer más con sus energías, ya sea para bien o para mal, en un tiempo más corto que en ninguna de las otras yugas.
En el Bhagavata Purana se habla de Kali como un demonio, pero sus significados son más bien simbólicos: es de piel negra, hijo de Krodha (la ira) y Jimsa (la violencia). Cometió incesto con su hermana Durukti (la calumnia) y de esto tuvo dos hijos: Bhaia (el miedo) y Mritiu (muerte). Su segunda esposa era la diosa Alaksmi (infortunio). Se puede ver que todas estas son características que abundan en esta época. No hay que confundir al demonio Kali con la diosa Kali, ya que no son lo mismo. Al final del Kali Yuga nacerá Kalki, la décima encarnación humana del dios Visnú, quien instaurará un nuevo periodo de armonía, en otras tradiciones se habla de la venida del Buda Maitreya, que al final puede ser la misma personificación de un avatar.
Lo interesante es ver cómo las características de la personalidad de ese Kali o demonio son ira, violencia, calumnia, miedo, muerte e infortunio, rasgos de esta era oscura


2ª y última parte

De acuerdo a la tradición védica, enseñanzas antiguas de la India, han existido cuatro eras o yugas: La primera es la era de la verdad o era de oro (Satya Yuga) donde predominó la modalidad de la bondad. Júpiter o Akash, la comunicación con Dios y la pureza eran muy predominantes, solo existían sabios. El Dharma se cumplía al 100%.
La segunda era es la de plata (Tetra Yuga) donde predominó la modalidad de bondad y pasión. El Sol era el regente indicando que en este período los reyes y las conquistas eran comunes, Dios solo se manifestaba en casos raros y a personas escogidas.
La tercera es la era de bronce (Dwapara  Yuga) donde predominó  la modalidad de la pasión y la ignorancia. Predominio de la Luna, la población humana y las razas comenzaron a aumentar.
La cuarta, la era de hierro (Kali Yuga) donde predomina la modalidad de la ignorancia. Predomina el planeta Rahu, todo se hace al revés, como el mismo planeta Rahu que es retrógrado. La religión se hace irreligión y la irreligión se hace religión. El Dharma es cero.
La edad de oro es la más espléndida en cambio la edad de hierro es la peor. Estos ciclos descritos en las escrituras establecen para cada uno de estas eras una duración enorme de tiempo. Según estos ciclos, nuestro mundo actualmente se encontraría en la parte interna de la era de hierro que dura 432,000 años terrestres y que ha iniciado en el año 3101 antes de Cristo, desde la desaparición de Krishna.

Hemos descrito ya algunas características de esta era, una era a la que se la llama ahora era científica de la llamada civilización moderna. En esta era la codicia, la pasión y el egoísmo crecen día a día, mejor dicho, hora a hora. Afirma Sivananda que en esta época una nación quiere devorar a otra. El hombre se ha deshumanizado y debido a la pasión, está bajo el firme control de la lujuria – el gobierno permisivo. El hijo lleva al padre a la corte para dividir la propiedad. La esposa se divorcia de su actual marido y se casa con otro que sea más rico, más hermoso o más joven. La castidad o Pativrata Dharma casi ha dejado de existir. El hermano menor envenena al mayor para apoderarse de su propiedad. Se ve crueldad, falta de honradez, injusticia y atrocidad por todas partes. Nadie mantiene su promesa. El padre no confía en su hijo. La esposa no confía en su esposo y viceversa.

En esta vorágine de placeres sensuales fugaces nos hemos olvidado del propósito y la meta de la vida. Vivimos   más para el cuerpo que para el alma. En la búsqueda del espectáculo ilusorio de las vanidades mundanas, hemos aniquilado los instintos espirituales y los anhelos del alma.
¿Cómo salir de esta era oscura? ¿Cómo sortear los oleajes de la vida, del sufrimiento, de las pasiones? Los grandes maestros sostienen que es necesario despertar del largo sueño de la ignorancia, experimentar la realidad suprema y gozar de beatitud eterna. Reflexionar sobre los sufrimientos de la vida humana, retirar los sentidos de sus atractivos objetos de placer. Sentarse en silencio y mirar hacia tu interior. Meditar para obtener la paz suprema del Eterno.

Cultivar amor universal y sus maravillosas virtudes. Ser paciente, practicar la introspección,
meditar regularmente para lograr la inmortalidad y recobrar la divinidad perdida. Comprender que no somos un esclavo de los sentidos y los deseos, que la angustia es una nube pasajera y la pena es una sombra fugaz. El sufrimiento es falso, no puede vivir, sólo la bienaventuranza es real y no puede morir. Trasciende los deseos. Renuncia al egoísmo. Despierta. Levántate. Vuélvete un ser despierto y dinámico. Goza de la beatitud eterna del alma. Eres el Atman inmortal y dichosa. Estás más allá del alcance del dolor, la pena, el sufrimiento, la decadencia y la muerte.

Sivananda insiste: Piensa cuidadosamente. Decide correctamente. Actúa con fe. Habla con veracidad. Vive honestamente. Trabaja con diligencia. Habla suavemente. Compórtate apropiadamente. Estás destinado a tener éxito en cualquier profesión. Tendrás paz mental. Tendrás una conciencia pura. Obtendrás riqueza espiritual de naturaleza inagotable. Trabaja con las tres joyas de la madre divina: morir, nacer y servir.

Morir significa ir a la cruz todos los días y eliminar de nuestra psique los agregados psicológicos, las pasiones y deseos, sanarla. Nacer implica un renacimiento de nuestro Ser, la conexión con nuestra divinidad, recordar nuestro origen divino y ser uno con Dios. Servir es actuar desde el amor, servir con amor, vivir con amor, ser como Él/Ella es. Uno con Dios y servir como Dios sirve, simplemente así, amando intensamente, incondicionalmente.

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