Adquiriendo una mente pura


Prócoro Hernández Oropeza
Cómo adquirir una mente libre de aspectos negativos, densos, perturbadores y tóxicos, esa es una pregunta que todos debemos hacernos. Dicen los maestros que del mismo modo que saturas el agua con sal o azúcar, tendrás que saturar la mente con los pensamientos de Dios, con divina gloria, con presencia divina y con sublimes pensamientos espirituales que despierten el alma. Sólo de esta forma podremos establecernos en la conciencia divina.
Para llegar a ello debemos mantener sometidos los sentidos, dominando sus deseo, respirando quietamente por la nariz y dejar que el sabio observe la mente como el cochero observa la carroza conducida por los caballos. Para ello requiere el fuego de la concentración, la auto observación de todos sus procesos, entonces para el cuerpo, compuesto de tierra, agua, aire, fuego, éter, no habrá enfermedad ni muerte, ni dolor; sólo entonces, sostiene Sivananda, se ha obtenido un cuerpo ardiente con el fuego de la concentración.
Si nuestra mente está saturada de pensamientos tóxicos, negativos, egoicos, perturbadores, de miedo, tristeza, enojo, envidia nuestro cuerpo no será ligero ni estará libre de enfermedades, ni la tez brillante ni la voz suave y dulce. Al contrario, expresaremos esa basura cada vez que hablamos o pensamos.
En la filosofía vedanta de la India, Krishna sostiene una flauta en sus manos. La flauta es el símbolo de OM, con él, dice Krishna, vacía tu egoísmo. Tocarás tu cuerpo y deja que tu voluntad sea una con la mía. Toma refugio en OM. Entrarás en mí Ser. ¡Escucha la conmovedora música eterna del alma y descansa en la paz eterna! Om como cualquier otro mantra u oración son poderosas herramientas para detener esa mente mona, que brinca de un lugar a otro, que nos lleva del placer al dolor, de la felicidad a la infelicidad.
Si pones un pedazo de hierro en un horno caliente, dice Sivananda, se volverá rojo como el fuego. Si lo quitas pierde su color rojo, si quieres conservarlo constantemente rojo debes dejarlo en el fuego. Del mismo modo si quieres conservar una mente colmada de paz interior, sabiduría y felicidad, debes mantenerte siempre en contacto con el fuego sagrado de tu Ser divinal, a través de la meditación.
Si eres un neófito en meditación, comienza repitiendo algunos mantras u oraciones de tu agrado durante diez minutos, esto elevará tu mente. Con la concentración en un mantra u oración, la mente podrá ser retirada de los objetos mundanos. Al detener esa clase de pensamientos mundanos y si fijas la mente en una sola idea, por el esfuerzo repetido, vendrá la estabilidad.
Otra oración que recomienda el maestro Sivananda es que cuando te sientes a meditar, siente que eres conciencia todo penetrante e identifícate con tu Ser. Siente: “Yo soy el todo penetrante Ser o Atman, soy Dios, soy Saksmi o el testigo silencioso de todas las modificaciones de la mente. Soy pura conciencia, soy distinto del cuerpo y del alma y los sentidos, soy auto luminosa luz de las luces. Soy el alma eterna y suprema.
Entonces comprenderás que todos los objetos que ves alrededor no son más que mente en forma y sustancia; la mente crea y la mente destruye. La naturaleza de la mente es tal que se convierte en aquello sobre lo que se piensa intensamente. Si piensas en vicios y defectos, en sufrimiento, tu mente se encargará de esos defectos, de hacértelos reales. Al contrario, si son pensamientos divinos y amorosos eso se manifestará en tu vida. Nuestra mente es tan sólo un fragmento de la mente universal y la mente universal es la mente cósmica, es la suma total de todas las mentes individuales. Por ello los maestros invitan a mantener una mente serena todo el tiempo, en las malas y en las buenas, en el placer o el dolor, esto es la verdadera sabiduría.








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