Los cambios cuánticos



Prócoro Hernández Oropeza

Los cambios tecnológicos cada día son más abruptos, impredecibles, innovadores o increíbles. Lo que hace unas décadas parecían sólo ciencia ficción, hoy es una realidad. En películas de acción mirábamos como el héroe, un agente 007, podía tener comunicación a cara a través de su reloj, hoy es una realidad a través de los teléfonos celulares. Se ha creado una impresora capaz de producir zapatos, comida, autos y en China acaban de realizar un edificio de seis pisos.
En la parte fotográfica, con la aparición de los drones, ahora se pueden tomar fotografías aéreas que antes sólo se hacían por medio de avionetas, helicóptero o paracaídas. Y son muchos los inventos que van a generar grandiosos cambios, si quienes gobiernan al mundo lo permiten, sobre todo las grandes oligarquías financieras.
En México y en otros países, se da fe de personas que están produciendo combustible a base de hidrógeno o de reciclar materiales de plástico y con innovaciones que podrían evitar el uso del petróleo y con ello los gasolinazos. Pero sobre todo seguir contaminando al planeta por medio de los combustibles derivados de fósiles. Aparte de la producción de electricidad usando los vientos, también se está experimentando con la energía que generan las olas marinas, amén de los paneles solares.
En realidad estamos viviendo un salto cuántico, entendido como un crecimiento fuera de toda proporción con respecto a lo que anteriormente venía sucediendo. Este  término se origina en la ciencia de la física, y se usa para describir cuando un electrón cambia de nivel dentro del átomo. El problema es que las grandes compañías industriales, pero sobre todo las que producen los automóviles y principalmente las petroleras no permiten estas propuestas alternativas.
Los futurólogos creen que si se permitiera que toda esta nueva tecnología se pusiera al servicio de la humanidad, no con fines de lucro solamente, sino para atender los grandes problemas sociales, se reduciría el hambre, el desempleo, la escasez de alimentos, habitaciones, salud. En este aspecto, existen planes para que cualquier problema de salud pueda ser atendido desde un teléfono celular, que a través de él se pueda diagnosticar presión sanguínea, cardiovascular, azúcar, carbohidratos y muchos otros síntomas.
Otras compañías están fabricando platos a partir de vegetales para evitar el uso del plástico. En el campo de la robótica, se han realizado grandes adelantos de tal forma se pueden producir robots para todo tipo de trabajo mecánico, inclusive hasta para sustituir a soldados y policías.
En algunas naciones o ciudades se está prohibiendo el uso de objetos de plástico, sobre todo el uso de botellas de plástico para el agua. En pequeñas ciudades están evitando el uso de auto y lo sustituyen por bicicletas. Otros empresarios están empezando a usar drones para enviar paquetes o surtir mercancía, en vez del uso de camionetas o motocicletas. En otros lados se están planeando pequeñas comunidades autosustentables, de tal forma que no dependan del exterior. A su alcance tendrán hospitales, escuelas, bibliotecas, granjas agrícolas y todo aquello que se requiera para vivir sin las presiones de las grandes ciudades. Inclusive, sin el uso de policías ni grandes aparatos burocráticos, ni de gobierno.
Todo esto es posible y tengamos fe de que algún día, los ciudadanos tomen conciencia de estas posibilidades y empiecen a hacerlas realidad. Que esta humanidad, hoy doliente, apoye a los inventores de motores que trabajan con energía alternativa, a quienes generan inventos que ayuden a la humanidad a ser posible esta realidad y no se quede en manos de las grandes corporaciones, de la corporatocracia.







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