Reparte bendiciones


Prócoro Hernández Oropeza

Cuando un hombre va por la vida repartiendo sus desgracias indudablemente va compartiendo sus miserias, el sufrimiento. Es más común que la gente hable de sus desgracias y las comparta con sus amigos, familiares y hasta con desconocidos. Eso habla de la calidad de su vida y de su desarrollo espiritual. Los grandes maestros aconsejan que en vez de repartir nuestras desgracias, compartamos bendiciones.
Si alguien me ofende o me lastima, en vez de contraatacar o responder con la misma moneda, puedo mandarle bendiciones. En vez de compartir mis desgracias con alguien, es mejor contar y repartir mis bendiciones y agradecimientos por todo lo que sucede en mi vida, en mis experiencias, sean gratas o no, positivas o negativas.
Como afirma un maestro: “La vida es un regalo muy preciado. Si tomamos la vida como un regalo, eso resolverá los problemas del mundo.” Es un regalo que se nos otorga para aprender a amar, a comprender nuestra verdadera identidad, nuestra misión, nuestro destino, a abrir nuestro corazón para percibir los regalos divinos y ser expresión constante de esa divinidad.
Si una persona es muy agresiva contigo, sugieren los maestros esta técnica. Haz Gyan mudra activo con la palma hacia afuera, frente a la persona, con los tres dedos hacia arriba y hacia la persona y el dedo pulgar sobre la uña del dedo índice. No importa qué tan agresivo sea la persona, no habrá energía de la otra persona para que actúe sobre ti, no en absoluto.
Y si llega dolor y la calamidad, estos son retos que dan fuerza interior. Cuando se está en dolor, las oraciones se vuelven muy fuertes. En nombre de tu Dios bendícete a ti mismo o bendice a alguien más y déjalo en las manos de Dios que actúe. Dale a Dios una oportunidad. Deja que Él haga tus tareas. Él te creó, deja que Él vaya a trabajar. Eso no significa que tú no hagas nada. Si caíste en un error, levántate y rectifica, perdónate y perdona. Observa de dónde vienen tus pensamientos, sentimientos y acciones. Vienen de tu Ser o de tus agregados psicológicos. Cuando pensamientos, emociones u acciones no te dañan o dañan a otros, es que provienen de tu parte divina, de tu alto Ser. Si provocan daño como enojo, celos, miedo, sufrimiento provienen de tus egos o demonios internos, entonces no te identifiques con ellos, déjalos fluir y en oración entrégalos a tu madre divina para que los elimine.
¿Cuál es el destino del hombre? El destino del hombre es unirse con el infinito. No solo deberías saberlo, deberías experimentarlo. Experimentar en ti lo vasto del infinito es el objetivo de la vida humana. Si sabes esto ya no andarás repartiendo tus miserias a otros, no te sentirás miserable o desgraciado, debido a que has entendido que eres un Ser infinito, inmortal, divino. No te apegarás a nada, ni al sufrimiento ni al contento y volarás libre como un pájaro.
¿Quién soy? Acaso este cuerpo, este rostro
Un pedazo de cielo, una estrella fugaz
Un árbol arrastrado por el vendaval del tiempo
Un grano de arena en el desierto
Una gota de agua que resbala en el pétalo de una rosa
Un atardecer que se quiebra en la penumbra de la noche
Un mar que se agita con la presencia de la luna
Un colibrí bebiendo el néctar de unos labios rojos
Una montaña que bebe la tarde a sorbos
Una nube que se asoma cautelosa entre los cerros
Una mañana que despierta entre sábanas de algodón
Un sol que deslumbra con su mirada
Somos todo eso y más, somos el infinito, la eternidad.


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