Concentración y meditación*


Prócoro Hernández Oropeza
Los maestros lo dicen: sin concentración no es posible la meditación. Para aprender a meditar es necesario aquietar la mente, ya que la concentración es un primer peldaño para lograr una verdadera meditación. El maestro Sivananda decía que la concentración y la meditación son los senderos reales para la perfección.
La concentración, sea en un punto fijo, interno o externo o en un mantra sirve para purificar la mente, pero también debe ir acompañado de un entrenamiento ético. ¿Qué significa esto? Sencillamente que a la par debe haber un trabajo de practica espiritual, de eliminación de los agregados psicológicos; un trabajo interior de auto observación, de atención consciente. La concentración sin pureza mental carece de eficacia.
Muchas personas quieren meditar y no pueden, no existe concentración debido a que su mente está llena de pasión y de toda clase de deseos fantásticos, preocupaciones, angustias, expectativas, estima el maestro Sivananda. Su mente salta como un mono, de un lado a otro. Es la mente mono. Sólo abstrayéndose (retirando los sentidos de los objetos) se obtendrá una buena concentración.
Sivananda sostiene que aquellos que practican la concentración evolucionan rápidamente. Pueden hacer cualquier trabajo con precisión científica y de gran eficacia. Lo que otros pueden hacer y leer en seis horas, lo podrán hacer en media hora. Debido a que la concentración purifica y calma las agitadas emociones, fortalece la corriente del pensamiento y clarifica las ideas. Esta también ayuda al hombre en su progreso material y tendrá una excelente producción en su trabajo, oficina o empresa. “Lo que era nebuloso y vago antes se vuelve claro y definido. Lo que era antes difícil se torna fácil y lo que era complejo, desconcertante y confuso, se vuelve comprensible.”, estima Sivananda: Cualquier cosa se puede lograr por la concentración, pero andamos con tantos pensamientos en nuestra psique, preocupaciones, angustias, miedos, fantasías que nos perdemos en esas cuestiones ilusorias.
La meditación es fundamental para un proceso de progresión espiritual y para ello la concentración deberá desarrollarse a un grado muy elevado. Un hombre con apreciable grado de concentración tendrá mayor capacidad para ganarse la vida y producir más trabajo en menos tiempo. Para ello, durante la concentración no debe haber tensión el cerebro ni luchar con la mente.
¿Qué ayuda en la concentración? El celibato o el manejo equilibrado de la energía sexual, la respiración o pranayama, la reducción de los deseos fantásticos y las actividades, la renunciación de los objetos sensorios, los captados por los cinco sentidos, la disciplina de eso sentidos, la aniquilación de la lujuria, la codicia y la cólera, el no mezclarse con personas indeseables, el silencio. Por ello se dice que la concentración, aunado con la auto observación, es el único camino liberarse de las miserias humanas y las tribulaciones. Entonces el practicante tendrá muy buena salud y una visión mental positiva y amorosa. Por ende, la concentración purifica y colma las emociones que surgen, fortalece la corriente del pensamiento y purifica las ideas.
Los maestros proponen tres puntos para la concentración. Para quienes son muy mentales se deben concentrar en el sexto chakra o tercer ojo, ajna, conocida como visión frontal. Otro punto de enfoque es en la punta de la nariz o visión nasal, llamada Nasikara Drishti. Krishna recomendaba está técnica y sostenía que al caminar por la calle se debía mantener fijamente la mirada en la punta de la nariz sin mirar alrededor. Esta práctica estabiliza la mente y desarrolla el poder de la mente. Los emocionales deben enfocarse en el corazón o anahata. Este enfoque es para los devotos; el corazón es el asiento de las emociones y el sentimiento, ahí se puede encontrar la felicidad o Ananda.
Pero los que quieren la maestría se deben enfocar en el tercer o ajna chakra, el espacio entre las dos cejas, donde se encuentra el asiento de la mente en el estado de vigilia y se puede controlar la mente si se enfoca en esa región.
Si logras la concentración entras al estado de meditación, la meditación trae cambios en las células y el cerebro. Meditación consiste en cerrar los ojos y llenarte de Dios e imaginar que sólo hay Dios por todas partes.
*Apuntes del maestro Sri Swami Sivananda, del libro: Concentración y meditación; sobre la energía interna del hombre y su aplicación en la vida diaria. Edit. The Divine Society, 1987

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