Cuerpo, placer y sufrimiento

Prócoro Hernández Oropeza

Qué es el cuerpo, sino un alabastro, un templo sagrado donde radica nuestro Ser supremo. El cuerpo es sólo un equipaje, un traje que se nos da para venir a vivir experiencias terrenales, no obstante la mayoría piensa que somos ese cuerpo físico, denso y material. Ignoramos que no sólo poseemos este cuerpo también se nos brindan otros seis cuerpos más: vital, astral, mental, causal, del alma y del Ser. Son cuerpos sutiles, de los que se nos ha dotado para algún día cristificarlos o convertirlos en cuerpos solares, de luz, sirvan de verdaderos vehículos de nuestro Dios interno para retornar a casa.
Dice Krishna que el cuerpo es el campo donde placer y dolor son experimentados, pero también se experimentan en los otros cuerpos. A este cuerpo se le llama campo. Al que lo conoce le llaman el conocedor del campo; los que saben acerca de esto son los sabios.
Krishna menciona a Arjuna que existen tres cualidades de la naturaleza que atan el alma al cuerpo: Sattvas (pureza), rajas (pasión) y tamas (inercia). Sattva ata a través de de la asociación con el conocimiento y la felicidad. Es una persona que se mantiene fiel a su Ser, a Dios y ve a todo lo que le rodea como algo sagrado. Es una persona inclinada a la senda de la liberación que tendrá cualidades divinas como el coraje, la pureza, firmeza mental, caridad, control de los sentidos, honradez, será inofensiva, verdadera, tendrá ausencia de ira, aún cuando la provoquen. Ha realizado un profundo trabajo interior y ha eliminado sus agregados psicológicos. Sattva hace apegarse a la felicidad y se puede obtener el inmaculado paraíso de personas de actos nobles.
Rajas ata a la avaricia y el apego ata a través de la asociación con las acciones y sus frutos. Por ello Krishna le dice a su discípulo que no se apegue al fruto de sus acciones. Sólo se tiene derecho a la acción, más nunca a sus frutos. Que los frutos de la acción no sean tu motivo, pero tampoco te apegues a la inacción. La no acción no se consigue dejando de actuar, ni la mera renuncia proporciona la felicidad. Cumple con tus deberes obligatorios, porque la acción es la mejor inacción. Cuando una persona muere apegado a rajas renacerá entre aquellos apegados a la acción.
Tamas, nacido de la ignorancia desilusiona a través del desarrollo de las cualidades de negligencia, indolencia, pereza y sueño. Cuando se muere con predominio de tamas se nace en el vientre de la insensatez (como personas estúpidas, insectos o bestias.
Entonces cuando el alma reencarnada se alza por encima de las tres gunas, está libre del nacimiento, muerte, vejez y dolor y alcanza la inmortalidad. Libre de orgullo y engaño, morando continuamente en el Ser, con los deseos completamente apagados, libre de los pares de opuestos como el placer y el dolor.
El que no se engaña, quien se ha quitado la venda de los ojos alcanza la meta eterna. El ignorante, debido a la falta de conocimiento se identifica con el cuerpo y experimenta placer y dolor. El sabio se mantiene como testigo de todas las actividades. Quien controle el cuerpo, la mente y los sentidos puede permanecer calmo durante el placer o el dolor, calor y frío, honor y deshonor. Ya no se identifica con el par de opuestos, con la dualidad.
En este tenor, Krishna clasifica a la fe en tres tipos: las buenas personas (Sattvicas) adoran a los dioses, las apasionadas (rajásicas) a los semidioses y demonios y los tamásicos adoran a los fantasmas y espíritus de la muerte. Aquel que observa el cuerpo como distinto de sí mismo es el testigo silencioso. Luego entonces, renunciando a todos los pensamientos mundanos, por el constante recuerdo de Dios, mediante el estudio de las escrituras, kirtan (devoción), meditación uno se vuelve un sanyasin, buscador de conocimiento.

Comentarios

Entradas populares de este blog

De mil que me buscan

Los tres alimentos

El arquetipo del gato