Los caminos a casa




Prócoro Hernández Oropeza

¿Cuál es el verdadero camino para retornar a casa? En otras ediciones he hablado de los caminos espirituales, de los cuales existen muchos; unos cortos, otros largos, angostos y difíciles o amplios y cómodos. Cada avatar nos ha traído mapas para el retorno a casa, pero los mapas, la cartografía que han legado es difícil para muchos descifrarlos. Todos, sin excepción han hablado de un solo creador, del innombrable, omnisciente, omnipresente, único e indivisible. Por lo tanto debe haber varios caminos para llegar a Él. Los sabios aducen que todos podemos cristificarnos y retornar al Padre, inclusive en una sola vida si se realiza un verdadero trabajo de desarrollo espiritual, todo dependerá del anhelo da cada uno, de su despertar espiritual. Y muy seguramente muchos ni siquiera piensan en ello; viven embebidos por sus metas y anhelos materiales, por su personalidad y sus deseos.
Jesús, el último Avatara, dijo a sus discípulos: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo y tome su cruz y sígame”. (Mateo 16:24Reina Valera). Significa que todos los días debemos eliminar aquellos agregados psicológicos que nos mantienen en la ilusión del sufrimiento, del anti amor. Ir a la cruz es morir en esa parte oscura que está gobernando nuestra psique. Morir para que nazca nuestro Cristo Interno. Sólo eliminando esa legión de yoes podemos servir a nuestro Real Ser, a nuestro Padre/Madre.
En otro pasaje Juan 14, el camino del Padre, Jesús les dijo sus discípulos: “No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis. Y sabéis a dónde voy, y sabéis el camino.
Le dijo Tomás: Señor, no sabemos a dónde vas; ¿cómo, pues, podemos saber el camino?
Jesús le dijo: Yo soy el camino y la verdad y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. De hecho Jesús con su vida, enseñanzas y muerte mostró el camino para le retorno a casa. Jesús como todos los mensajeros hablaban en nombre de Dios, era su presencia viva en la tierra; así también lo fue Krishna, Buda y otros mensajeros que vivían conectados con el gran Padre/Madre.
Jesús continuó diciendo a sus discípulos: “Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto.
Felipe le dijo: Señor, muéstranos el Padre, y nos basta.
Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre?”. Si aún sus discípulos dudaban de esa investidura, cuanto más los hombres ordinarios, que no lo pudieron entender y tampoco ahora. Es más hasta existen corrientes escépticas que niegan la verdadera existencia de Jesús; otros, apoyados por la ciencia, aducen haber encontrado sus restos y con ello pretenden negar que en verdad haya resucitado.
Y todos estos mensajeros están vivos en otras realidades y cuando un discípulo realiza un trabajo interior profundo, en su auto realización, puede charlar con ellos, comprobar su existencia. A estas realidades sólo se puede acceder con los sentidos sutiles o superiores, no con los cinco sentidos limitados.



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