La Matrix y la mente inquieta


Prócoro Hernández Oropeza
En sus enseñanzas, Krishna le dice a su discípulo Arjuna: ¡O! Arjuna, aquel que mediante la comparación con su propio ser, ve la verdadera igualdad de todos los seres tanto en su felicidad como en su aflicción es un yogui perfecto. Ese yogui es un maestro que siempre vela por el bienestar de todas las entidades vivientes y por tanto es un devoto de su Ser, de Dios. Ante ello Arjuna le replica: ¡O, Madhusadana! El sistema de yoga que nos has resumido me parece impráctico e intolerable, ya que la mente es inquieta.
El sistema de yoga del que le hablaba Krishna se refería a aquel o aquellos hombres o yoguis que observan en Krishna o en Dios, a todos los seres, y también ve todo ser en él. Obviamente se refiere a una persona auto realizada que ve a Dios o al mismo Señor Supremo en todas partes. Es el proceso mediante el cual uno vincula su conciencia con la Suprema Verdad Absoluta. No se ve separado de Dios, sino en armonía y lo ve en todas sus manifestaciones. Esto significa convertirse en un devoto puro que llega a adquirir la consciencia de krishna o una consciencia divina.
Ante ello, Arjuna se queja y ve difícil e impráctico seguir su sistema, debido a que la mente es inquieta, impura y muy movediza, que salta de una rama a otra, tal como un mono; la mente mono. Krishna le contesta: “Contener la inquieta mente es sin duda muy difícil de hacer, pero ello es posible mediante la práctica adecuada y el desapego.” La práctica adecuada se puede entender como la oración, la devoción, meditación y a través de esas prácticas, el devoto se va desapegando de la materia y permite que la mente se dedique al espíritu. Son prácticas de conexión con el Ser o espíritu que cada uno posee, con nuestro Dios interno.
Y continúa krishna: “Para aquel que tiene la mente desenfrenada, la auto realización es una labor difícil. Pero aquel que tiene la mente controlada y que se esfuerza por los medios adecuados, tiene el éxito asegurado.” Madam Blavatsky, teósofa del siglo XIX, decía: “La mente que es esclava de los sentidos, hace al alma tan inválida como el bote que el viento extravía sobre las aguas.” Es verdad, se refiere a lo que los hindúes llaman mente inferior, una mente controlada por los sentidos, esa que no obedece, que nos lleva del pasado al futuro, del futuro al pasado. De acuerdo a los yoguis, cada segundo llegan a nuestro cerebro más de mil pensamientos y sólo percibimos una ínfima cantidad.
Es una mente controlada por la materia, por todo lo que captan nuestros cincos sentidos y nos identificamos de tal manera con ellos, que nos olvidamos de nuestra verdadera identidad, nuestro Sat Nam, como dicen en India. Sat Nam significa mi identidad es verdad, es divina. Esto nos lleva a vivir y a creer que todo lo que nos rodea es la verdadera realidad, cuando sólo es una ilusión, una ilusión causada por la matrix. Como en la película Matrix, bien lo dice Morpheus en la primera entrega de la saga: “Bienvenidos al desierto de lo real. Matrix está en todas partes. Es el mundo que ha sido puesto frente a tus ojos, para ocultarte la verdad”. La película plantea muchos interrogantes acerca de la naturaleza de la realidad, la relación del hombre y la tecnología, el libre albedrío y el destino. Esta película hace planteamientos interesantes: ¿Lo que percibimos con los cinco sentidos es la única realidad? ¿Es mejor ignorar la verdad que “despertar” y darnos cuenta que lo que creíamos real podría no serlo? ¿Tenemos otro propósito diferente a la supervivencia en el mundo material? ¿Qué es la mente? ¿Qué es ser libre? ¿Realmente lo somos?
Para el Hinduismo y el Budismo el plano físico es una ilusión llamada Maya. ¿Quiere decir esto que el mundo que vemos y tocamos no existe? ¿O más bien, que la dimensión espiritual coexiste con la física pero no es perceptible a través de los cinco sentidos? Entender que existen otros planos de consciencia y otras realidades no captadas por nuestros sentidos limitados.
En una parte de la película un discípulo de La Pitonisa, le explica a Neo «No trates de doblar la cuchara. En cambio, trata de darte cuenta de la verdad. Que la cuchara no existe».

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