El desafío de la soledad
Prócoro Hernández Oropeza
La soledad es como un vacío que sentimos por dentro; sentirme sólo a pesar de estar con una compañía o sin ella. También se puede apreciar como un sentimiento de tristeza o melancolía por la falta, ausencia o muerte de una persona. Del latín solĭtas, la soledad es la carencia de compañía, que es como mayormente se manifiesta en las personas que viven en la soledad. Puede haber dos estados de la soledad; uno como sufrimiento y otro cuando una persona decide estar sola y entra en comunión con su guía interior.
En el primer caso, la ausencia física de una persona deseada o amada causa tristeza, sufrimiento, angustia, pesar. Y aún cuando la persona vive con la persona amada o simplemente con su compañera, el individuo puede manifestar esos estados de soledad. La soledad, por lo tanto, implica la falta de contacto con otras personas. Se trata de un sentimiento o estado subjetivo, ya que existen distintos grados o matices de soledad que pueden ser percibidos de distintas formas según la persona.
En un segundo aspecto, la soledad a la que uno decide vivirla sin sufrimiento, es aquella en la que buscamos un espacio para estar a solas y reflexionar acerca de un dilema, un problema o un espacio para el relajamiento físico y mental. Por ejemplo, cierta ocasión en que renuncié a la dirección de una empresa, estaba tan apegado al puesto y a toda la red de significaciones que esto implicaba, entonces decidí retirarme solo a una playa cercana. Durante dos semanas disfruté esa soledad, reflexioné sobre mi actual vida y las nuevas perspectivas. Pero existe otra donde uno se aísla cotidianamente a través de la meditación. Entonces entra uno en un estado de paz interior, en comunión con el Ser interior, maestro o guía. En este caso, esa soledad no es real, puesto que se da una conexión con nuestro verdadero ser, con nuestra fuente perene de felicidad.
En realidad, la soledad es una percepción mental; no estamos solos, nunca estamos solos, pero cuando nos desconectamos de esa fuente, advienen esos estados de soledad, tristeza y sufrimiento, a pesar de estar rodeado de familia, amigos, compañeros. Nos sentiríamos como estos estados descritos por el poeta Mario Benedeti en el siguiente poema:
Soledades
Ellos tienen razón
esa felicidad
al menos con mayúscula
no existe
ah pero si existiera con minúscula
seria semejante a nuestra breve
presoledad
después de la alegría viene la soledad
después de la plenitud viene la soledad
después del amor viene la soledad
ya se que es una pobre deformación
pero lo cierto es que en ese durable minuto
uno se siente
solo en el mundo
sin asideros
sin pretextos
sin abrazos
sin rencores
sin las cosas que unen o separan
y en es sola manera de estar solo
ni siquiera uno se apiada de uno mismo
los datos objetivos son como sigue
hay diez centímetros de silencio
entre tus manos y mis manos
una frontera de palabras no dichas
entre tus labios y mis labios
y algo que brilla así de triste
entre tus ojos y mis ojos
claro que la soledad no viene sola
si se mira por sobre el hombro mustio
de nuestras soledades
se vera un largo y compacto imposible
un sencillo respeto por terceros o cuartos
ese percance de ser buenagente
después de la alegría
después de la plenitud
después del amor
viene la soledad
conforme
pero
que vendrá después
de la soledad
a veces no me siento
tan solo
si imagino
mejor dicho si se
que mas allá de mi soledad
y de la tuya
otra vez estas vos
aunque sea preguntándote a solas
que vendrá después
de la soledad.
La soledad es como un vacío que sentimos por dentro; sentirme sólo a pesar de estar con una compañía o sin ella. También se puede apreciar como un sentimiento de tristeza o melancolía por la falta, ausencia o muerte de una persona. Del latín solĭtas, la soledad es la carencia de compañía, que es como mayormente se manifiesta en las personas que viven en la soledad. Puede haber dos estados de la soledad; uno como sufrimiento y otro cuando una persona decide estar sola y entra en comunión con su guía interior.
En el primer caso, la ausencia física de una persona deseada o amada causa tristeza, sufrimiento, angustia, pesar. Y aún cuando la persona vive con la persona amada o simplemente con su compañera, el individuo puede manifestar esos estados de soledad. La soledad, por lo tanto, implica la falta de contacto con otras personas. Se trata de un sentimiento o estado subjetivo, ya que existen distintos grados o matices de soledad que pueden ser percibidos de distintas formas según la persona.
En un segundo aspecto, la soledad a la que uno decide vivirla sin sufrimiento, es aquella en la que buscamos un espacio para estar a solas y reflexionar acerca de un dilema, un problema o un espacio para el relajamiento físico y mental. Por ejemplo, cierta ocasión en que renuncié a la dirección de una empresa, estaba tan apegado al puesto y a toda la red de significaciones que esto implicaba, entonces decidí retirarme solo a una playa cercana. Durante dos semanas disfruté esa soledad, reflexioné sobre mi actual vida y las nuevas perspectivas. Pero existe otra donde uno se aísla cotidianamente a través de la meditación. Entonces entra uno en un estado de paz interior, en comunión con el Ser interior, maestro o guía. En este caso, esa soledad no es real, puesto que se da una conexión con nuestro verdadero ser, con nuestra fuente perene de felicidad.
En realidad, la soledad es una percepción mental; no estamos solos, nunca estamos solos, pero cuando nos desconectamos de esa fuente, advienen esos estados de soledad, tristeza y sufrimiento, a pesar de estar rodeado de familia, amigos, compañeros. Nos sentiríamos como estos estados descritos por el poeta Mario Benedeti en el siguiente poema:
Soledades
Ellos tienen razón
esa felicidad
al menos con mayúscula
no existe
ah pero si existiera con minúscula
seria semejante a nuestra breve
presoledad
después de la alegría viene la soledad
después de la plenitud viene la soledad
después del amor viene la soledad
ya se que es una pobre deformación
pero lo cierto es que en ese durable minuto
uno se siente
solo en el mundo
sin asideros
sin pretextos
sin abrazos
sin rencores
sin las cosas que unen o separan
y en es sola manera de estar solo
ni siquiera uno se apiada de uno mismo
los datos objetivos son como sigue
hay diez centímetros de silencio
entre tus manos y mis manos
una frontera de palabras no dichas
entre tus labios y mis labios
y algo que brilla así de triste
entre tus ojos y mis ojos
claro que la soledad no viene sola
si se mira por sobre el hombro mustio
de nuestras soledades
se vera un largo y compacto imposible
un sencillo respeto por terceros o cuartos
ese percance de ser buenagente
después de la alegría
después de la plenitud
después del amor
viene la soledad
conforme
pero
que vendrá después
de la soledad
a veces no me siento
tan solo
si imagino
mejor dicho si se
que mas allá de mi soledad
y de la tuya
otra vez estas vos
aunque sea preguntándote a solas
que vendrá después
de la soledad.
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