Nuevo ciclo, alma nueva

Prócoro Hernández Oropeza

Nuestra vida se desenvuelve en diversos ciclos, unos más grandes que otros, intensos o sofocantes, alegres o desdichados. El fin de un año, es también la culminación de un ciclo y cuando menos nos sirve para hacer una reflexión acerca de cómo estamos viviendo esta vida. Unos con éxito, otros con fracasos o en la combinación de ambos. Y lo más importante, a cada año se va sumando nuestras experiencias y por tanto debería también incrementarse nuestra sabiduría.
Independientemente de los festejos, los buenos deseos, abrazos y jolgorios, cada fin de ano debería ser un momento para la reflexión. Tratar de comprender nuestros éxitos o fracasos, nuestras debilidades y oportunidades para trascender todos los retos que se nos ponen enfrente. Cada uno vive a diario múltiples experiencias y quien posee la habilidad de trascenderlas sin apegos, ni juicios, sin miedo, será un triunfador. Es una persona que sólo disfruta la vida, independientemente del tipo de oleaje en que se desenvuelva.
Unos pueden vivir en escasez, otros en abundancia y otros más en prosperidad. Pero ¿a qué se debe que unos la vivan en escasez, abundancia o prosperidad? Estas tres modalidades se corresponden a tres tipos de mentes: Negativas, positiva y neutral. Las personas que viven en escasez manifiestan siempre una actitud negativa, una mente negativa; siempre viviendo en temor, en hastío, en rencor o resentimiento. Son reacios a tomar riesgos, miedo a perder o a que no hay suficiente o que no lo merece.
El que vive en la abundancia posee una mente positiva y piensa que puede adquirir lo que sea con bastante esfuerzo, inteligencia o suerte. Estos sí toman riesgos, son optimistas. Les gusta acumular posesiones, dinero, casas, logros o habilidades. Sin embargo esto los lleva a absorberse en las cosas que acumula y con ello pierden su verdadero propósito porque a pesar de sus logros, sus posesiones se sienten vacíos y cada vez quieren más y más. No tienen llenadera y mucho menos encuentran su felicidad en las posesiones.
Quien vive en prosperidad posee una mente neutral, aunque también desarrolla la mente positiva. La prosperidad es un regalo de la mente neutral y muy especial al que pocos pueden acceder. Quien vive en ese estado usa ambos mentes, neutral y positiva y calcula cómo usarlas basado en su propósito real, identidad o destino. Al usar la mente neutral recurre a la intuición y conserva un sentido de significado y propósito en cada esfuerzo que realiza, sin apegarse a los resultados ni a las posesiones. Todo fluye, todo llega, y así como puede llegar se puede ir, pero esto no crea conflicto en quien vive en este estado de prosperidad. Sabe que todo lo que le rodea le pertenece, entonces se siente pleno y próspero. Es como las aves, ellas no se preocupan de qué van a comer o dónde vivir, simplemente encuentran todo a su disposición.
La prosperidad no es acerca de riqueza o pobreza, sino la realización de tu destino o propósito, sin apego, sin distracciones o desvíos; es claridad. El que es próspero sabe que ya lo es, como el cielo tiene al sol. Una persona próspera no le interesa acumular riqueza o posesiones y si le llegan sólo las disfruta, pero no vive dependiente de ellas. Todo lo que realiza lo hace con amor y es el amor quien le guía, quien le dicta cada paso que da. Feliz Año Nuevo 2016.


Comentarios

Entradas populares de este blog

De mil que me buscan

Los tres alimentos

El arquetipo del gato